El Centro de Día de Mayores y los vecinos de alrededor vivían, la mañana del martes, 21 de enero, una jornada intensa ya que, aunque resultó ser un simulacro de incendio, las alarmas y los pasos a seguir tenían que aparentar que el incendio era real.
Se trata de familiarizar a las personas, la mayoría de ellas en este centro con movilidad reducida, con las medidas necesarias que deben adoptar cuando se produce una emergencia de incendio en las instalaciones, para poder salvaguardad su seguridad en caso reales.
Unas cincuenta personas se movilizaron al sonar las alarmas. Así, los trabajadores y usuarios que podían desplazarse salieron a la plaza, como punto de encuentro en menos de cinco minutos, y las personas de estancias diurnas, con movilidad reducida y sus cuidadores se desplazan a las instancias indicadas en el plan de emergencia. Un total de seis personas y su terapeuta en la primera planta y once más, con su terapeuta en la segunda.
A los pocos minutos llegaban dos camiones de bomberos para evacuar a las personas que estaban en el interior. Al ser un simulacro no quisieron usar la cesta con los más mayores y el ejercicio consistió en asilarlos convincentemente y apagar el incendio.
Estos simulacros son obligatorios una vez al año y en concreto, este fue gestionado por directora del Centro de Día, Marisa Gómez, junto a una comisión del parque de bomberos de Ciudad Real que se acercaron hasta las instalaciones del edificio para revisar el plan de emergencias.
El jefe de la unidad de Ciudad Real, Álvaro Muñoz, explicó en ese momento, el simulacro debía ser lo más real posible, por tanto los usuarios no debían conocer cuándo o cómo se iba a realizar. Se trata de aprender a minimizar el pánico y garantizar una evacuación eficaz en caso de emergencia por incendio.
Por otra parte, en el mes de marzo los trabajadores del centro recibirán otra formación teórica para afrontar el caso de emergencia.