Este domingo, 19 de octubre de 2025, se celebra el domingo de las Misiones, DOMUND 2025, Jornada mundial de la propagación de la fe. El lema de este año, en consonancia con el Jubileo 2025, es Misioneros de esperanza entre los pueblos, ha informado Damián Díaz Ortiz, delegado diocesano de Misiones de Ciudad Real, en la presentación de esta jornada.
El Domund, que cada año moviliza a millones de cristianos en todo el mundo, vuelve a poner el foco en la misión universal de la Iglesia: “Se trata de llamar la atención de todos los cristianos, de todas las edades, para que se sientan responsables de la misión universal con su testimonio, su oración y su donación”, señaló Díaz, que añadió que también es una invitación abierta a quienes, aunque no se sientan creyentes o practicantes, deseen participar en esta labor solidaria y transformadora que la Iglesia realiza en los cinco continentes.
El acto de presentación fue abierto por el obispo de Ciudad Real, don Abilio Martínez.
Un compromiso que da esperanza
El delegado de Misiones destacó que, hoy, 9.648 misioneros españoles —el grupo más numeroso del mundo— comparten su fe y su vida con comunidades de los países más desfavorecidos, especialmente en América Latina.
El Domund canaliza tres tipos de apoyo fundamentales para mantener viva esta tarea: el espiritual, mediante la oración y el acompañamiento de miles de enfermos misioneros; el personal, con cerca de 10.000 voluntarios que cada año ofrecen su tiempo en las misiones; y el económico, imprescindible para sostener proyectos educativos, sanitarios y pastorales.
En 2024, la colecta mundial alcanzó 64,3 millones de euros, de los cuales 10,35 millones procedieron de España y 156.758,90 euros fueron aportados desde la diócesis de Ciudad Real. Estos fondos permitieron sostener 423 proyectos en 26 países y 179 diócesis, entre ellos la construcción de templos, la formación de catequistas, la educación de niños o la atención sanitaria a familias sin recursos.
“Cerca de la mitad de las escuelas católicas del mundo y el 30 % de sus instituciones sociales están en territorios de misión”, recordó Díaz. En total, la Iglesia sostiene 99.255 escuelas y 32.506 instituciones sociales —hospitales, orfanatos, residencias— en lugares donde apenas llegan otros recursos.
Actividades
La campaña de animación misionera se ha difundido en parroquias, colegios e instituciones, con materiales catequéticos y actividades para niños y jóvenes. Este año, las comunidades de la provincia de Ciudad Real se suman con creatividad y entusiasmo:
- En Campo de Criptana, el Grupo de Animación Misionera ha organizado un Rosario Misionero y decorará las iglesias durante las eucaristías del fin de semana.
- En La Solana, una voluntaria compartirá su testimonio tras regresar de Guatemala.
- En Alcázar de San Juan, habrá una oración joven y una misa familiar conjunta.
- En Miguelturra, los niños de catequesis han trabajado toda la semana con materiales del Domund.
- En Ciudad Real capital, los scouts de San Pedro celebrarán juegos misioneros tras la misa dominical.
“Juntos, todos, vamos sembrando esperanza por todo el mundo”, concluyó Damián Díaz.
Un misionero de Herencia que lleva la esperanza a República Dominicana
Entre esos misioneros manchegos que siembran esperanza lejos de casa está Santiago Rodríguez Illescas, religioso mercedario natural de Herencia, que desde hace años desarrolla su labor en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en el barrio de Las Caobas, a las afueras de Santo Domingo.
“De pequeño también paseaba las huchas del Domund por las calles de Herencia”, recordó con emoción. “Y ahora, la vida me ha llevado a trabajar precisamente con esos niños que viven en situaciones muy duras en la capital dominicana”.
Su parroquia atiende a unas 50.000 personas, un reto pastoral y social enorme. “Gracias a Dios no todos vienen a misa, porque no cabríamos -bromea el misionero- Pero además de la vida parroquial, tenemos varias acciones muy significativas, que son nuestra marca de identidad”.
Una respuesta a la vulnerabilidad infantil
Rodríguez Illescas describe una realidad que conoce de cerca: la explotación laboral y sexual de muchos niños y niñas. “Desde los siete u ocho años, los vemos limpiando zapatos, vendiendo flores o limpiando cristales en los semáforos. Otros caen en redes de explotación sexual, en un turismo que no siempre es tan limpio como parece”, lamenta.
Ante esta situación, los mercedarios crearon la Fundación a Merced, que atiende a unas 2.000 personas, pertenecientes a 400 familias. “Nuestro objetivo principal es ocupar el tiempo de los niños, para evitar que los padres los envíen a trabajar. Nos preocupamos de que estén escolarizados, reciban atención sanitaria, una comida diaria y, sobre todo, de que puedan jugar, soñar y disfrutar”, explica.
En la fundación desarrollan el Proyecto ERA (Espacios, Recreación y Aprendizaje), donde los niños hacen los deberes, aprenden y juegan en entornos seguros. También trabajan con los padres, ofreciéndoles formación para que comprendan que la educación y la formación son la vía real para salir de la pobreza.
Evangelizar con la música: el “Corito Chichigua”
Además de sacerdote, Santiago es músico. Desde hace años dirige un coro formado por unos 40 niños y jóvenes de su comunidad, conocido como Corito Chichigua —una palabra dominicana que significa “cometa” y que, según explica, simboliza la alegría que vuela hacia el cielo sostenida por la mano de un niño.
“Decimos que la cometa está al lado de Dios y produce la alegría del Señor. Por eso nuestro grupo se llama así: porque somos niños, y lo de ‘coro’ nos quedaba muy grande”, comenta.
El Corito Chichigua han publicado seis discos y ofrecen unos 70 conciertos al año por toda República Dominicana, con canciones que mezclan la fe, la esperanza y el ritmo caribeño. “Los niños son evangelizados y evangelizadores al mismo tiempo”, subraya Rodríguez Illescas.
Sus canciones están disponibles en YouTube, donde pueden encontrarse videoclips como su versión tropical de Tú has venido a la orilla o un tema navideño titulado Yo quiero recibir en Navidad muchos regalos que vienen de Dios.
Un dispensario médico y una misión integral
La labor misionera no se detiene en lo espiritual. En la parroquia también funciona un dispensario médico con unas 15 especialidades —entre ellas pediatría, cardiología y odontología— que ofrece atención digna a quienes no tienen acceso a la sanidad pública o a un seguro médico.
“La situación sanitaria en República Dominicana es muy distinta a la de España, y muchas familias no pueden acceder a una consulta o un tratamiento. Nosotros intentamos suplir esa carencia con la ayuda de quienes colaboran desde aquí”, explica el misionero.
Antes de regresar a su destino, Santiago Rodríguez comparte una reflexión inspirada en las palabras del papa León XVI, con un gran pasado misionero en Perú: “Con la fe, la oración y la colaboración podemos hacer que estos proyectos sean una realidad, no solo un deseo”.
Su testimonio resume el espíritu del Domund 2025: una llamada a todos los creyentes —y también a los que no lo son— a ser misioneros de esperanza entre los pueblos, con la certeza de que cada gesto, cada oración y cada aportación cuentan para construir un mundo más justo y fraterno.
