Ciudad Real no existía cuando Montiel ya era una villa y el castillo de la Estrella, reconquistado a los árabes en el siglo XIII por Fernando III El Santo, se entregó a la Orden de Santiago. Cien años después, en 1369, la fortaleza fue el escenario de la batalla decisiva de una cruenta guerra civil castellana entre el rey Pedro I y el aspirante al trono, su hermanastro Enrique Trastámara, que acabó en traición. Derrotado y acorralado Pedro I se refugió en la torre del homenaje antes de negociar una escapatoria que en realidad era un engaño. La noche de la jornada en la que perdió la batalla, el 23 de marzo, le ofrecieron huir, pero en vez eso lo condujeron a una tienda del campamento de su medio hermano Enrique, que lo apuñaló mientras lo sujetaba el mercenario francés Beltrán Duguesclin, el de “ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor”.
Lo de la frase es un adorno de la literatura barroca posterior, todo lo demás, incluida la cabeza del monarca expuesta en una pica en las murallas del castillo de Montiel para escarnio público, y su primer entierro en la iglesia de la fortaleza, tan real como que Enrique reinó en Castilla como Enrique II, hubo un turbulento trasvase del poder y cambió la dinastía (Isabel I es la más famosa de la estirpe y Juana I ‘La Loca’ la última).
Lo cuentan el profesor de Historia Medieval Jesús Molero y el arqueólogo David Gallego, de la Universidad de Castilla-La Mancha, codirectores desde 2012 de las excavaciones del conjunto arqueológico castillo de la Estrella, en pleno apogeo este mes de julio de 2022.
Unas 25 personas trabajan en el castillo y sus laderas por las mañanas a pleno sol (de 7.00 a 12.30), diez de ellos estudiantes en prácticas de la Facultad de Letras; otros tres antiguos alumnos ahora investigadores, además de un estudiante de Erasmus Rural en Montiel y ocho trabajadores del taller de empleo Recual que financia la Junta de Comunidades (mayo-octubre) en el que por primera vez hay paridad entre hombres y mujeres.
Diez años de excavación sistemática en el castillo
Han pasado diez años desde que empezaron, no demasiado para una investigación arqueológica sistemática -en Alarcos se excava desde hace casi cuarenta-, y la fisonomía del castillo ha cambiado, tal y como quería el pueblo de Montiel que lo compró con aportaciones particulares, lo donó al Ayuntamiento y creó la Fundación Castillo de la Estrella para gestionarlo, investigarlo y hacerlo visitable.
Todo eso “y más”, apostillan, se ha cumplido una década después. Está señalizado y explicado el itinerario y las posiciones de las tropas de la breve pero importante batalla para la historia de España, aunque no fue esa lucha lo que atrajo a los investigadores a Montiel. “No vinimos por la batalla, pero es cierto que cuando te pones a investigar te sale la batalla. Aquí tenemos niveles originales del siglo XIV, la mayor parte de las torres e infraestructuras son del siglo XIV, y desde hace tres años los proyectos de investigación que nos financia la Juntaencaminados fundamentalmente a recuperar los restos de la batalla”, cuenta el profesor Molero.
Este equipo, que empezó a excavar en Montiel en el verano de 2012, se ha convertido casi en pionero en España en usar la investigación arqueológica para el estudio de una batalla medieval. “Ya tenemos el itinerario de las tropas, el lugar exacto de la contienda y restos como placas, botones, adornos de los caballos y armamento”.
Elegido porque era uno de esos muchos castillos que jamás se habían investigado, “fue gente de la sociedad civil de Montiel, con el Ayuntamiento incluido, quien llamó a la universidad para que investigáramos mediante un convenio con el Ayuntamiento que sigue vigente”.

Un hecho histórico importante sin investigar
Al profesor de Historia Medieval Jesús Molero, ahora también director académico del Vicerrectorado de Alumnos, le interesó desde el principio por la importancia “y porque todo lo que se sabía era a través de fuentes escritas”. Las sorpresas llegaron enseguida, y poco a poco se fueron sumando como profesores investigadores alumnos que hicieron sus tesis con Molero, como el propio David Gallego que además es de Montiel, o la restauradora y codirectora del yacimiento Cristina Peña.
Toda la Edad Media está en Montiel
“Todos los años nos llevamos una sorpresa. Primero por la envergadura del yacimiento; no es solo un castillo, ni es cualquier castillo. Aquí tenemos toda la secuencia cronológica de la Edad Media en la provincia desde la época islámica hasta la etapa de Carlos V. Pero fuera del castillo hemos encontrado una villa medieval que no es el actual Montiel; una iglesia de mediados del siglo XIV que hemos excavado en su totalidad y que prácticamente es única, y materiales arqueológicos muy sorprendentes, vidrio, cerámica, metales…Todo esto nos estimula a seguir”, explica Molero en un recorrido para Lanza por el interior del castillo de la Estrella, un privilegio al que cualquiera puede acceder concertando una visita con el Ayuntamiento o contactando con la Fundación Castillo de la Estrella.

Montiel, una ciudad importante en el siglo XIV
“Montiel fue la ciudad medieval más importante de la provincia en el siglo XIV, el paso principal entre el reino de Granada y Cuenca. Mucho antes de que existiera Despeñaperros (con Carlos III) era el camino natural a Al Andalus, un importante cruce por el que también pasaba la conexión Mérida-Denia”, interviene el arqueólogo David Gallego.
Gallego, que ha pasado de jugar “en unas ruinas cargadas de historia”, a implicarse de lleno en su recuperación, es de Montiel y dice que se hizo arqueólogo «por estas ruinas». “Hay mucha implicación del pueblo y la comarca en lo que ocurre en el castillo. Cuando jugaba por aquí el nivel del suelo era el de las banderas del castillo [hoy a bastante altura], desde siempre ha habido gente implicada en hacer jornadas para recordar a Pedro I”.
Como ciudad importante bajo la encomienda de la Orden de Santiago, con privilegio para organizar ferias de ganado, Montiel da nombre a lo que hoy es una de las comarcas más despobladas de Castilla-La Mancha. Localidades como Ruidera y las Lagunas o la Ossa de Montiel, ahora en Albacete, fueron pueblos de villazgo de una población de unos 1.400 habitantes en la que se respira Edad Media.
Edad Media a lo grande
“El visitante que viene a Montiel puede disfrutar de la Edad Media a lo grande. Puede empezar por la parte baja del enclave del castillo, visitar los restos islámicos, la medina islámica, una villa medieval cristiana con parroquia medieval fosilizada; un castillo de la Orden de Santiago con su iglesia, el antiguo convento de la Orden de Santiago o la ermita del Cristo. Hasta tenemos una ruta señalizada de molinos medievales, y a un kilómetro poco más del castillo el campo de la batalla final de una guerra encarnizada que en realidad duró unos dieciséis años a baja intensidad, enmarcada en el escenario europeo de la Guerra de los Cien Años, con tropas francesas, inglesas, portuguesas y aragonesas apoyando a uno u otro bando. Aquí podemos rememorar la historia de una forma muy interesante y con un paisaje que cambia mucho la idea de La Mancha, más de media montaña”, “recomiendo visitarlo sobre todo en otoño y primavera, pero el castillo se puede ver todo al año”, agrega Gallego, que además de investigador se ha curtido como primer guía del yacimiento.
Un castillo visitable casi todo el año
El castillo de Montiel es prácticamente visitable desde que comenzaron las excavaciones, tanto como escuela de arqueología como con los planes Recual, antes talleres de empleo, que tienen una triple vertiente: arqueológica, de conservación preventiva y de puesta en valor. “Todos los años se pone en valor lo que se excava”. El fin de semana pasado, en la mitad de la campaña de estudiantes, hubo una jornada de puertas abiertas y habrá otra para septiembre-octubre, cuando finalice el taller de empleo.
Pero en realidad todo el año está disponible el yacimiento. Hay un itinerario libre con paneles que explican desde el acceso al castillo, hasta el lugar de la batalla. La entrada al interior es guiada. Se fijan unos días para las visitas y a quien le interese mucho se aconseja que consulte o llame a la Fundación Castillo de la Estrella para concertar una visita.
“Creemos que el castillo no se entiende en toda su dimensión si no se explica. Además aquí tocamos los suelos medievales, no podemos masificar. Si queremos mantener el bien como queremos preferimos hacer visitas de calidad”.
El castillo de la Orden de Santiago, no de Pedro I
Otro detalle que debe conocer el público es que el castillo de la Estrella no es el castillo de Pedro I. El desventurado rey castellano (tenía 34 años cuando murió) solo pasó una semana bajo la protección de la Orden de Santiago. En marzo de 1369 se dirigía con sus tropas de Carmona (Sevilla) a Alcaraz (Albacete) y paró en Montiel. Alguien avisó a Enrique que estaba sitiando Toledo, sorprendieron al rey en Montiel, las caballerías de uno y otro bando lucharon a los pies de esta fortaleza y la San Polo, los vencedores asediaron después el castillo y se hicieron con el rey.
Tras el regicidio y la exposición pública de los restos de Pedro I, ‘El Cruel’ para sus detractores, ‘El Justiciero’ o ‘Don Pedro’, para los montieleños, fueron enterrados en la iglesia del castillo, en la que reposó hasta que años después su hermanastro, ya el rey Enrique II, encargó su exhumación y traslado. Se atribuyen dos traslados más al cuerpo del único monarca castellano que ha reinado como Pedro, que supuestamente reposa definitivamente en la catedral de Sevilla.

Enterramientos en la iglesia de Santiago
Los trabajos de los estudiantes de la Universidad de Castilla-La Mancha que hacen prácticas en este yacimiento se centran en los enterramientos medievales que han aparecido en la iglesia intramuros del castillo, mucho más monumental de lo que se esperaba. “En este castillo vivía el comendador de la orden de Santiago, con algún otro ‘freire compañón’. Los caballeros de Santiago eran religiosos, tenían votos, salvo el de castidad: eran los únicos miembros de las órdenes militares que podían tener esposa”.

Han encontrado los primeros restos humanos de enterramientos en esa iglesia, por ahora un cuerpo infantil y un fémur de una persona adulta. “Si están aquí es porque pertenecían a alguna familia noble”. También ha salido a la luz la roca madre del castillo en la zona del patio, otra oquedad inmensa pendiente de interpretar, quizá una gran alberca para el agua, “todo es más monumental de lo que pensábamos”, insisten.
En las campañas también se han descubierto monedas, restos de cerámica muy valiosos, adornos, cuentas de cristal, huesos de animales (es curioso que en poblaciones árabes aparezca cerdo, lo que quiere decir que al menos en el Al Andalus esa norma se transgredía). Todo ese material va al laboratorio del yacimiento en Montiel, luego al de la Facultad de Letras para un estudio más minucioso y restauración, y por último al Museo de Ciudad Real.
La bula de Bonifacio IX y el sello parroquial de Montiel
Entre los objetos de más valor Moledo destaca la bula (un sello de plomo, lo que daba validez a los documentos medievales) del papa Bonifacio IX de principios del siglo XV, o el sello original de la parroquia de Montiel que tiene forma ojival con una Virgen María y el niño en su regazo. “El pergamino ha desaparecido pero queda el sello que nos habla del conflicto entre la orden de Santiago y el concejo de Alcaraz por la jurisdicción de Villanueva de la Fuente”. Además se han encontrado dados, fichas, alquerques (juego de mesa que consistía en un tablero de piedra que se describe en el libro de juegos de Alfonso X El Sabio), puntas de flecha, trozos de espada, incluso proyectiles y munición de los asedios.
Medalla al Mérito Cultural en 2018
La conmemoración de los diez años de excavaciones sistemáticas en el castillo de la Estrella, un proyecto por el que este equipo de la UCLM obtuvo en 2018 la Medalla al Mérito Cultural en el Patrimonio Cultural, se celebrará con pequeñas actividades a lo largo del año. En ellas se incluyen las jornadas de puertas abiertas que se anuncian en las redes sociales de la fundación, una conferencia abierta sobre el yacimiento y en 2023 la celebración entre Ciudad Real y Montiel de un congreso internacional sobre fortificaciones y castillos. “También haremos una ruta de senderismo arqueológico por el itinerario de la batalla que suele gustar”. Los codirectores del yacimiento no descartan montar una exposición en el Museo de Ciudad Real, pero no se ponen plazo, “cuando se pueda”.