Pocos lugares de la provincia de Ciudad Real guardan un episodio tan literario y decisivo para la historia de España como Montiel. En el entorno del castillo de la Estrella de esa localidad, de mil cuatrocientos habitantes ahora, se produjo la batalla clave de la guerra civil castellana entre el rey Pedro I ‘El Cruel’ y su hermanastro Enrique Trastámara. Corría el siglo XIV, 1369, y este Enrique, ‘El Fratricida’, terminó reinando como Enrique II tras vencer a su hermanastro.
No fue cosa menor. El asesinato del rey don Pedro cuando le habían prometido una salida negociada al asedio del castillo entronizó una nueva dinastía reinante en Castilla, la de los Trastámara (Isabel la Católica, ¿les suena’, es de su estirpe) y popularizó una de esas frases lapidarias: ‘Ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor’, que real o no, los cronistas de la época atribuyen al caudillo Beltrán Duguesclin, mercenario al servicio de Enrique, que terminó matando a Pedro I.
Ni un solo vestigio, y ya toca
De ese enfrentamiento, de por qué estaba el rey refugiado en Montiel, y cómo su hermanastro intentó sorprenderlo, hay abundante documentación escrita pero lo que setecientos años después no ha aparecido es un solo resto arqueológico.
Y esto es lo que el medievalista Jesús Molero, de la Universidad de Castilla-La Mancha, y un equipo compuesto por el arqueólogo David Gallego, la restauradora Cristina Peña y quince estudiantes de la UCLM y de las universidades Autónoma de Madrid, Granada, Jaén y Lisboa, pretende hallar este año, en la séptima campaña sistemática en el castillo de la Estrella.
“Este año queremos encontrar vestigios arqueológicos de esa batalla o del contexto, para ello vamos a hacer trabajos de prospección en los lugares que se pudo producir el enfrentamiento y se insitaló el campamento, lo que entonces se llamaba ‘el real’. Aunque las tropas de Enrique no estuvieron mucho tiempo asediando Montiel una instalación de esas características debe dejar algún tipo de huella, sabemos que hicieron una empalizada de piedras y ramas”, subraya el investigador.
Los tres lugares de la batalla
Molero y su equipo buscan tres lugares: en el que se produce la primera emboscada (tropas de vanguardia de Enrique se enfrentan con las del rey); la batalla campal entre los dos bandos en las inmediaciones del pueblo al día siguiente, y el de la definitiva pelea entre Pedro y Enrique.
“Desde el año 2012 hemos encontrado algún elemento bélico de la época de mediados del siglo XIV, proyectiles de piedra y puntas de flecha, pero no nos habíamos dedicado de forma concienzuda a los restos de la batalla”.
En los días que restan de exvacación (empezó la semana pasada), el equipo hará trabajos de prospección y teledetección con el lidar, una tecnología que usa satélite y se apoya en drones, en busca de alteraciones del terreno. “Con esos datos elaboraremos una serie de mapas de localización geográfica o plantearemos algún sondeo o excavación”.
Las excavaciones se centran en la muralla urbana del Montiel medieval, que sería la primera defensa de la localidad frente a las tropas de Enrique II, “no teníamos noticia de su existencia hasta ahora, hemos localizado un tramo y un torreón”.
En los primeros días de trabajo de campo han aparecido algunas puntas de ballesta, “pero por la experiencia de otros años lo más interesante siempre llega al final”, comenta Molero.
Desde que se excava en el castillo de la Estrella de Montiel, ahora propiedad de la Fundación Castillo de la Estrella, ha salido a luz una ciudad medieval más importante de lo que se creía al principio. Se ha encontrado una iglesia de la que no se tenía noticia y dos necrópolis, una musulmana y otra cristiana. “Parecía que el castillo eran cuatro restos, pero hemos visto que es muy rico y amplio”, dice el profesor.
Centro de interpretación del castillo
En paralelo a esta investigación, que también persigue restaurar y consolidar lo que se va descubriendo para darlo a conocer al público, desde mayo un plan de empleo de seis meses (termina en octubre) restaura y consolida las zonas más relevantes de la fortaleza. Y en unos meses tomará forma el proyecto de centro de interpretación (está aprobado, sólo resta empezar la primera fase de la obra).
En este yacimiento también se hacen visitas guiadas todos los viernes para dar a conocer al público un rico patrimonio histórico cada vez más apreciado, como lo demuestran las Jornadas Medievales que se organizan todos los años en marzo.
¿Por qué se libró la batalla decisiva aquí?
Que la batalla clave de esa guerra se librara en Montiel, alejada de los centros de poder de la época (Sevilla y Toledo), fue una casualidad. El profesor de Historia Medieval Jesús Molero explica que el rey Pedro I estaba en torno al mes de marzo de 1369 en Andalucía, pero iba a reunirse con sus tropas a las ciudades más importantes del reino. En uno de los viajes que tenía que hacer a Alcaraz decidió hacerlo desde Carmona por Villamanrique y el Campo de Montiel. Pensaba hacer noche antes de proseguir su camino en Montiel, en un castillo que pertenecía a la Orden de Santiago.
La red de espías que su hermano bastardo tenía en el entorno del rey hizo que la noticia le llegará a Toledo, una de las ciudades de la corona que estaba sitiando, desistió y salió a marchas forzadas para sorprender a Pedro cuando menos lo esperaba. Y así fue como se produjeron los sucesos que derivaron en la batalla de Montiel y en la caída del monarca castellano.