Quantum Minería, empresa española que pretende investigar yacimientos mineros en la provincia de Ciudad Real, denuncia la utilización malintencionada que la plataforma Sí a la Tierra Viva está realizando de un trabajo académico elaborado por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de
Medicina de Baotou (Mongolia).
Este informe, publicado en la revista Toxics, advierte de los posibles efectos medioambientales de la explotación minera de las llamadas ‘tierras raras’, sin distinción, y no atañe al proyecto de investigación que Quantum Minería quiere llevar a cabo con la monacita gris, explican, un proyecto presente en Campo de Montiel desde hace miles de años, y con el neodimio, el metal que se extrae de este mineral.
No obstante, dado su “uso descontextualizado”, Quantum Minería ha aclarado que el artículo difundido por la Plataforma y calificado por ella misma como el “mayor informe internacional sobre tierras raras”, revisa, por un equipo de cuatro autores chinos, 113 referencias bibliográficas, cuando una revisión científica, en general, considera más de 200, de muy diferente índole e interés. Los propios autores califican de preliminares sus conclusiones.
Además, exponen que “estamos ante el mayor estudio internacional realizado hasta la fecha sobre los efectos de las tierras raras”, como hace la plataforma, es una afirmación que no se corresponde en absoluto con la enjundia del artículo, exponen, compuesto por ocho páginas que analizan y extraen conclusiones preliminares, como reconocen los cuatro autores, del contenido de otros informes que, principalmente, se refieren a minas y grandes complejos minerometalúrgicos de tierras raras en China, o a elementos de tierras raras sin ninguna relación con la monacita gris y el proyecto que se haría en Campo
de Montiel.
Así pues, esgrimen que no es un estudio internacional, ya que no se realiza por equipos de investigadores de varios países en el marco de una organización multinacional, sino que es lo que en el mundo académico se denomina una “revisión narrativa”, a partir de una bibliografía que los autores consideran
de utilidad para exponer su tesis. La publicación de un artículo en ‘Toxics’ conlleva un pago por parte de sus autores: 2.600 francos suizos (unos 2.700 €).
Sobre la monacita gris
El artículo expone que algunas de las ‘tierras raras’ pueden ser muy tóxicas en ciertas formas y en ciertas dosis, lo que es totalmente cierto, como que esa afirmación es aplicable a la mayoría de las sustancias químicas de uso cotidiano, como, por ejemplo, el cloro, que sin embargo en la dosis adecuada depura el agua que bebemos, indican.
El informe no analiza el caso de la monacita gris, presente en el campo manchego desde hace miles de años. Dado que este mineral es el objeto de la investigación que ha solicitado Quantum Minería, la empresa quiere recalcar varios puntos como que no se filtra al terreno, la monacita gris se caracteriza por su estabilidad química en el medio natural, es decir, que por mucho que esté en un terreno no libera sus elementos. No es peligrosa para los terrenos, ni para los cultivos, ni para el ganado. Afirmar que la monacita es tóxica, como con gran irresponsabilidad sostiene la plataforma, puede suponer un daño irreparable para la imagen de los productos agrícolas del Campo de Montiel. En la zona hay puntos con muy altas cantidades de monacita, desde hace miles de años, y nunca se han producido ni se producirán fenómenos de toxicidad por este mineral.
Además, no tiene riesgo radioactivo porque la radioactividad natural de esa monacita, que contiene elementos llamados tierras raras como el neodimio, está por debajo de la del granito (o incluso de la que tienen alimentos como los boquerones o los mejillones). Esta afirmación está refrendada por la medición realizada por la Guardia Civil, en febrero de 2016 y tras una denuncia de la propia Plataforma, de la
radioactividad de la monacita gris en un proyecto anterior de Quantum (Matamulas), también en Campo de Montiel. Tras la remisión de las muestras tomadas por la Guardia Civil a los laboratorios especializados del Ministerio de Defensa, quedó claro que el riesgo para la seguridad era inexistente, y así se hizo saber al Juzgado de Villanueva de los Infantes en respuesta a la denuncia de la plataforma.
No se disuelve en agua porque estudios recientes realizados en el Laboratorio de Radioactividad Natural de la Universidad de Sevilla, sobre los yacimientos de monacita del Campo de Montiel, demuestran que la migración de los elementos de la monacita a las masas acuosas del entorno del yacimiento, así como la
incorporación de esos elementos a la cadena alimentaria a través del agua, es absolutamente nula.
No se respira. La monacita manchega, y por lo tanto los elementos que la integran, no puede tampoco ingresar al cuerpo humano mediante la inhalación, ya que se encuentra encapsulados en módulos de demasiado tamaño y densidad como para suspenderse en el aire.
Así, exponen que “frente a la utilización malintencionada y descontextualizada del informe de la revista Toxics, Quantum Minería quiere reiterar su compromiso con la minería responsable, que va más allá del cumplimiento de las normas y que debe inspirarse en las mejores prácticas ambientales y sociales. El compromiso con el desarrollo del territorio y las poblaciones concernidas es una de las líneas fundamentales del Reglamento Europeo sobre Materias Primas fundamentales recientemente aprobado, con las tierras raras a la cabeza, y Quantum se ofrece a explicarlo a todas las instituciones, administraciones, medios de comunicación y poblaciones interesadas”.
Además, Quantum Minería reitera su confianza en que el proyecto de investigación que ha solicitado ante la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha sea finalmente aprobado. De ser así, y si la investigación es técnicamente exitosa, se definiría un proyecto de explotación en el que se contaría con un comité de
seguimiento con representación de las corporaciones locales y asociaciones profesionales y sociales, para que fuese motor de desarrollo de la región