Navas de Estena, 300 habitantes, es el municipio más cercano al Parque Nacional de Cabañeros. La entrada al paraje está apenas a 200 metros del casco urbano del pueblo.
Esta situación no ha condicionado la situación del pueblo durante la etapa de crisis sanitaria por el coronavirus señala su alcalde, Isidro Corsino, en declaraciones a Lanzadigital.com. Desde que se decretó el estado de alarma, explica, al parque “no viene nadie, está todo cerrado, las oficinas de turismos, incluida las de Navas, están cerradas”.
Por el estado de alarma, recuerda, todos los bares están cerrados, los alojamientos rurales, el camping “y lo único que funcionan son las tiendas, la farmacia, el estanco, para dar servicio a la población”.
El más envejecido de la provincia
Corsino indica que Navas de Estena cuenta con un importante porcentaje de gente mayor entre sus habitantes, lo que la ha llevado a ser el pueblo más envejecido de la provincia de Ciudad Real.
Esto, añade, se compensaba los fines de semana y vacaciones con la llegada de visitantes al parque y de gente joven que venía a visitar a sus familiares en el pueblo. Ahora, todo esto está parado, indica.
Niños
La posibilidad de que los menores de 14 años, acompañados de sus padres pudieran salir a partir de este domingo a dar un paseo de una hora, tampoco ha tendido una especial incidencia en el pueblo.
En edad escolar en el pueblo, señala el alcalde, existen ahora cinco niños, a los que hay que sumar de ocho a diez que los trajeron sus padres y que se han quedado en el pueblo desde el primer día del estado de alarma. “Los trajeron los padres cuando cerraron los colegios –señala Corsino- y se han quedado con los abuelos y no se les ha visto en estas seis semanas”. Este domingo, sí. El alcalde, en todo caso, considera que en el pueblo hay espacio suficiente para cumplir las normas de seguridad de distancia y se vieron a niños pasear por el campo, montando un poco en bici, entre otras actividades.
Confinamiento más relajado
El alcalde relata que la población ha seguido el confinamiento, pero entiende que por las características del pueblo ha tenido algo de particular, está siendo más relajado. “Aquí –agrega- toda la gente tiene animales, cerdos, gallinas, a los que tiene que echar de comer todos los días. Las casas son grandes, no son pisos pequeños de una ciudad, tienen patos y, el confinamiento no se lleva de la misma manera”.
“Se pierde el bar, el estar en la plaza charlando, se pierden las tertulias de los vecinos que se cruzan por la calle, pero la sensación del cerramiento no es la misma que en las ciudades, la vida es mucho más llevadera”, resume Corsino.
Sin casos
Por ahora, en el pueblo –Corsino es el médico también de la localidad- no se ha dado ningún caso positivo de coronavirus. Ni en la vivienda de mayores –ocho residentes-, donde se ha reforzado la prevención, ni entre el resto de la población.
A estos ha ayudado, a su juicio, que desde el principio de la crisis no ha llegado gente de fuera al pueblo, a que se han extremado las medidas de seguridad, -aunque siempre puede haber algún fleco y puede venir un vendedor ambulante despistado”, asevera el alcalde.
En su labor como médico su trabajo no ha aumentado y la actividad en este campo se mantiene de manera normal en la localidad, según dice Corsino.
Limpieza
Corsino explica que, en este tiempo, dos peones contratados por el Ayuntamiento están dedicados en exclusiva a tareas de limpieza, fumigar con hipoclorito sódico contenedores, la entrada el consultorio médico, vivienda de mayores, las zonas donde hay tiendas, sitios donde pueda haber una mayor afluencia de gente.
Se ha hecho especial hincapié en la gente que tiene tiendas para explicarles cómo tienen que actuar en cuanto a la limpieza y a la desinfección y protección contra el virus.
Mascarillas
Con respecto a las medidas de protección, el Ayuntamiento ha comprado un total de 400 unidades quirúrgicas para la gente que sale a comprar fuera de sus casas y, además, se pidieron 300 FP2, de las cuales se van a dar a cada vecino.