La ausencia de níscalos en el campo, derivada de la falta de precipitaciones y las altas temperaturas de este atípico otoño, arruinará la campaña de recolección, tanto para los temporeros que invaden los pinares en el entorno de Cabañeros y Sierra Madrona, como para las empresas del sector.
Comercializador de setas en Piedrabuena, Manuel Blasco confirma a Lanza las peores previsiones: “en principio no habrá campaña de recolección del níscalo”. La temporada comienza normalmente a mediados de octubre y dura hasta finales de diciembre, sin embargo, a 5 de noviembre “todavía no hay nada recogido”.
Con un negocio consolidado, Manuel Blasco comercializó el año pasado 60.000 kilos de níscalo, procedente de toda la provincia, del entorno de Fuencaliente y Cabañeros, pero también de Toledo, Extremadura y hasta de Portugal. El empresario indica que el año pasado comercializó más del 90% de las setas de la provincia y que, en años abundantes, con alrededor de 60 días de recogida, ha llegado a vender 100.000 kilos.
La tierra está seca, “parece un desierto”
Las escasas precipitaciones son la principal razón de la ausencia de setas en el campo, “también de ese hongo rosado, parecido al champiñón, que sale enseguida”. Manuel Blasco reconoce que “la tierra está muy seca y en estas condiciones el níscalo no puede salir”. “Esto parece un desierto”, añade el empresario, al mismo tiempo que admite que no recuerda una campaña tan nefasta.
El níscalo necesita cuarenta días “como mínimo” para brotar en el campo tras las precipitaciones. Sin embargo, las lluvias de finales de agosto fueron mínimas y estuvieron seguidas de altas temperaturas, y hace quince días sólo cayeron cuatro gotas.
Blasco señala que en las últimas jornadas han caído unos “12 litros por metro cuadrado de media”en la provincia, por lo que probablemente habría que empezar a contar de cero, e insta a esperar un mes para ver si cambia la tendencia. Ahora bien, en diciembre, entra otro factor en juego: las heladas.
Carnoso, duradero y jugoso. Manuel Blasco afirma que el níscalo que sale en la provincia de Ciudad Real y en otras partes de España tiene una “altísima calidad”, a diferencia del francés, que procede de bosques de abetos y que ha aparecido en las últimas semanas en los mercados.
Sin nuevos contratos, ni recolectores
La campaña de recogida del níscalo genera un importante flujo económico cada año en los meses de otoño, tanto entre los comercializadores, como Manuel Blasco, que cada año contrata a “siete u ocho mujeres” para la selección y envasado en Piedrabuena, como entre los recolectores, sobre todo rumanos.
De momento, el envasado está parado, al igual que los contratos, y el teléfono de Manuel Blasco no deja de sonar por parte de recolectores habituales que esperan que estos hongos de sombrero anaranjado, muy apreciados en mercados valencianos y catalanes, hagan por fin su aparición en los pinares.