El stock de vino en las bodegas y cooperativas de España y Castilla-La Mancha en el arranque de la nueva campaña vinícola (se inició el 1 de agosto) es uno de los más voluminosos de los últimos años, y la consecuencia es que los precios a granel han caído a la mitad a lo largo del último año.
Pero la producción de gran calidad que se prevé para la inminente vendimia, y las menores cosechas estimadas entre los principales competidores europeos conforman un escenario positivo de la comercialización para el ejercicio 2019-2020.
Lo más preocupante para productores y comercializadores es el enlace de campaña, caracterizado por escasas y poco rentables operaciones de comercialización, a tenor de los precios depreciados que recogía el Ministerio de Agricultura a finales de julio.
En concreto, el hectolitro de vino blanco sin DO o IGP valía a finales de julio al salir de bodega 25,90 euros, tras repuntar 36 céntimos, los mismos que en el caso del tinto en este segmento bajó cada hl, que se comercializaba a 40,02 euros.
Será difícil sacar al mercado los 40,8 millones de hectolitros registrados en España, según los datos del Sistema de Información del Mercado del Vino (Infovi), un 25% más que hace un año, y los 14,8 millones de hectolitros de la región.
Lo bueno es que en un mes esta cantidad autonómica se rebajó en 2,2 millones (a 1 de junio tenía algo más de 17 millones de hl). Hace un año la comunidad guardaba 9,8 millones, un 50% menos.
Igualmente, contaba hasta junio con dos millones de hectolitros de mostos sin concentrar (entre productores y almacenistas) y 256.473 hl de mostos concentrados, rectificados y parcialmente fermentados, más del 30% que en junio de 2018.
Calidades de la uva
Para el responsable de Vino de UPA Castilla-La Mancha, Alejandro García-Gasco, el alto volumen de vino almacenado “nos puede llevar a problemas en los mercados en el arranque de campaña”. De ahí, que haya apostado por trabajar en “las calidades de la uva”, desde el compromiso de los productores y los pagos diferenciados hasta la venta del vino con márgenes económicos dignos.
La previsión para la recolección, que empezará adelantada a mediados de agosto con las variedades más tempranas como chardonnay, merlot, tempranillo y syrah, es de 22 millones de hectolitros en la región castellano-manchega y entre 43 y 44 a nivel nacional.
Para García-Gasco, las claves a analizar ante la próxima vendimia son la proyección de producción de los países competidores, como Italia y Francia, que también cerraron un gran año, y establecer herramientas como la que está impulsando el propio Mapama para que el sector se autorregule en caso de desequilibrios del mercado.
En la misma sintonía, la Sectorial Vitivinícola de Asaja Castilla-La Mancha ha pedido a la administración intensificar los controles en las bodegas y cooperativas, para que se venda el vino que se “ajuste a la reglamentación de calidad comunitaria”.
La organización agraria prevé un descenso del 30% de la producción de vino y mosto en relación al pasado año, con 20 o 21 millones de hectolitros en la región.
Similar previsión ha hecho Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, que estima 21,15 millones de hectolitros de vino y mosto en Castilla-La Mancha, frente a la cosecha de 29,08 millones del año precedente. Supondría una disminución de casi ocho millones de hectolitros y un 27,3% menos.