La sección primera de la Audiencia Provincial confía en juzgar la semana que viene, entre el 2 y el 3 de abril, a S.C., varón de 48 años y nacionalidad rumana, acusado de violar a sus hijas de 14 y 15 años en 2017 en Villarrubia de los Ojos.
La principal víctima, la hija mayor que ya no vive en España, está citada para declarar el próximo 2 de abril y se supone que acudirá. Su incomparecencia ante el tribunal y la de su hermana a primeros de año obligó a suspender el juicio, dada la gravedad del caso, en el que el investigado se expone a 66 años de cárcel.
Violencia extrema con su hija de 15 años
Hasta su detención y encarcelamiento, el 5 de mayo de 2017, y desde enero de ese año, el fiscal considera probadas cinco presuntas agresiones sexuales, una de ellas con violencia extrema a la hija más mayor, con la que poco antes de ser detenido mantuvo relaciones sexuales completas. Se supone que se la llevó por la fuerza hasta un paraje de monte próximo a la carretera de Villarrubia de los Ojos-Urda en el que la violó, la golpeó y la vejó.
Hasta ese momento se considera probado que las niñas, en especial la mayor, soportaron otras agresiones sexuales cuando la madre, que se iba por temporadas a Rumanía, las dejaba al cargo del padre y tenían que compartir dormitorio con el progenitor (en esos meses se mudaron dos veces de casa).
S.C. también está acusado de golpear de forma habitual a su mujer e insultar con expresiones como “hija de perra” en presencia de sus hijas, aunque esta denuncia se verá en un procedimiento aparte, según se acordó en enero, para no ralentizar más el caso.
Venganza porque no quería que se casara
Ramón Alén, el abogado defensor, asegura que todo es una invención de la adolescente, por venganza hacia su padre que se oponía a que tuviese relaciones sexuales con un chico con el que se había comprometido para casarse.
“Mi defendido ha recibido muchas cartas en las cárcel de su hija diciéndole que se arrepiente de todo y quiere retirar la denuncia. Hay que entender que se trata de una familia de etnia gitana rumana, en cuya cultura son frecuentes los matrimonios a edades muy precoces”.
La fiscalía también reclama a este hombre que indemnice a sus hijas con 40.000 euros, que le sea retirada la patria potestad por más de cincuenta años, ocho de libertad vigilada, y que se someta a programas de educación sexual.