Marta Romero
Alcázar de San Juan
El pregonero del Carnaval de Alcázar de San Juan 2013, Eulalio Ramos, se preparó a conciencia su puesta en escena y ofreció un pregón poco habitual. No faltaron los disfraces, la crítica y el sonido de las murgas, propios de cualquier Carnaval que se precie. Eulalio se transformó en Quevedo para hacer un repaso histórico por sus vivencias personales y la trayectoria de esta fiesta alcazareña que, según él mismo dijo, «ha perdido mucho con la crisis». Su pregón culminó a son de murga.
Una original puesta en escena la que este gran festero y amante del Carnaval de Alcázar quiso ofrecer en la tarde del viernes, 20 de diciembre, en el Museo Municipal de Alcázar. No se olvidó de un solo detalle. A la entrada del museo, un ciego con su lazarillo recibían al público asistente. Incluso hubo algún alcazareño que depositó unas monedas en el platillo del ciego.
Eulalio se transformó en Quevedo para ofrecer su pregón, que comenzó recordando sus experiencias personales relacionadas con esta fiesta y culminó con unos versos críticos que evidenciaban la «pérdida de esplendor» de los Carnavales de Alcázar por causa de la crisis económica. Tras los versos, una murga de tunos puso el broche de oro final al pregón con unas coplillas ácidas que recordaron la situación de desempleo por la que atraviesan muchos españoles y la crítica al Gobierno de Rajoy. Un pregón breve, poco habitual, carnavalero donde se precie y muy sincero.