El cortometraje del cineasta alcazareño Pablo Conde “La piscina vacía” está recibiendo numerosos premios y reconocimientos del público en festivales de toda la geografía española. El último en el XXIII Festival Internacional El Pecado de Badajoz, y en el IV Frame Film Festival de Tarragona el pasado fin de semana. Un corto que fue rodado íntegramente en su localidad de origen, Alcázar de San Juan, con un equipo técnico formado en su mayoría por profesionales manchegos, con Raúl Galván (música), Miriam Lozano (producción), Virginia Cano (arte), Arnelio Cruz (vestuario), Isabel Trujillo (script) y Nuria Díaz (foto fija).
Un trabajo que le está dando muchas satisfacciones a este joven cineasta, periodista de profesión, pero un apasionado del séptimo arte que, ya cuando cursaba sus estudios en la Facultad de Ciencias de la Información, en vez de utilizar las cámaras para hacer prácticas en torno a la realización de noticias se dedicaba a realizar cortos, según él mismo nos confiesa.
“La piscina vacía” sigue la línea de sus anteriores trabajos como “Café Irlandés” y “La epidemia”, más enfocado en la comedia en tono de sátira y crítica social. El corto narra las dificultades de una joven pareja para acceder a la vivienda tratando también como temas como el feminismo, la actual situación constante de crispación política en torno a una sociedad dividida y polarizada que no logra llegar a un consenso.
Todo ello retratado a través de una escena costumbrista, en torno a una comida familiar en el patio de una casa típicamente manchega donde se reflejan las tensiones que se producen entre esta joven pareja y los padres de ella.
Una coproducción de Mario Cervantes y Claqueta Blanca, que ha contado con la participación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, a través de la Viceconsejería de Cultura, y con el apoyo de Cooperativa Vinícola del Carmen y Vinos Denominación de Origen La Mancha, así como con la colaboración de Canon España y el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan.
Un trabajo que, en su corto recorrido, ya ha recibido tres premios al mejor corto y un premio a la mejor actriz, además de 30 selecciones en diferentes festivales de España y Europa junto a premios del público, “algo muy bonito porque se trata de eso, de llegar a la gente, y es muy emocionante ver las salas llenas de personas que se rían, aplaudan, en definitiva que disfruten con tu trabajo”, destaca Conde.
“Es una muestra además de que se puede hacer cine en nuestra tierra, y yo me siento muy orgulloso de ello”, apunta Conde, al tiempo que quiere agradecer expresamente todo el apoyo recibido tanto por Ayuntamiento de Alcázar, Junta de Comunidades, como por empresas como Cooperativa vinícola del Carmen o la DO La Mancha, que han apoyado este proyecto.
Y es que la búsqueda de financiación para este tipo de creaciones audiovisuales es, quizá, el trabajo más duro. De hecho, este cineasta ya se encuentra buscando fondos para su próximo sueño, un largometraje “Miguel Ángel de la guarda”, otro proyecto en clave de humor, pero que retrata otro drama social: la soledad de las personas mayores. Un trabajo que se ha materializado ya en un cómic gracias a la colaboración de Mensajeros de la paz, del Padre Ángel, siendo parte del dinero recaudado destinado a un programa para mayores.