El presidente del Gobierno de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha resaltado esta mañana la importancia de este 1 de febrero para el Campo de Calatrava, en el que doce municipios han suscrito la conexión de sus redes de abastecimiento a la Tubería de la Llanura Manchega, lo que les permitirá recibir en un futuro próximo agua en cantidad y calidad.
Caracuel de Calatrava ha sido la localidad elegida en donde han firmado los acuerdos los municipios de Almagro, Ballesteros de Calatrava, Bolaños de Calatrava, Calzada de Calatrava, Cañada de Calatrava, Caracuel de Calatrava, Corral de Calatrava, Granátula de Calatrava, Moral de Calatrava, Pozuelo de Calatrava, Valenzuela de Calatrava y Villar del Pozo.
García-Page ha explicado que ha sido un camino muy largo, de muchos años, en el que han surgido muchos problemas y discrepancias, hasta llegar al punto principal: una Tubería Manchega que trasportará el agua del Tajo y en la que se han invertido 350 millones de euros y que pronto comenzará a funcionar en su primer tramo: el Nororiental. El tramo Suroccidental, correspondiente al Campo de Calatrava y que beneficiará a 40.000 habitantes de la zona, cuenta con un presupuesto de 98 millones, 63 más que la previsión inicial.
En este sentido, el presidente regional indicó que algunos habrían optado por no ejecutar este proyecto, u otros como el Hospital de Puertollano, al haber subido los costes de los materiales, pero incidió en que para el Gobierno regional temas como el agua o la Sanidad son una prioridad a la que destinar el dinero de todos.
Al respecto, Page apuntó que puede entender que no compartan su opinión o no le apoyen, pero al menos que no hagan demagogia respecto al agua. En este sentido se ha referido a los insultos que ha tenido que recibir por defender el agua para Castilla-La Mancha. “Que desde mi tierra responsables políticos digan que esto es politiqueo barato, y de catetos. ¿Se puede tener más complejo de inferioridad?, se ha preguntado, afirmando que va a ver agua porque “nos hemos empeñado en que lo haya porque si no, no hubiera salido”.
En esta misma línea, ha rechazado que siga existiendo “la tentación de enfrentarnos una parte de la España seca contra otra, si las dos somos España seca” y ha confesado que le “duele” que “haya quien crea que queremos quitarle el agua al Levante. Lejos de ello, ha proseguido, la intención es poder generar las condiciones necesarias para que también Castilla-La Mancha se vea beneficiada del desarrollo que permite el acceso el agua.
En este sentido añadió que “por cada hectárea que tenemos aquí, en los sitios donde mandamos el agua hay cuatro. Por tanto, no nos engañemos, han podido desarrollarse muchos regadíos en las zonas más secas de España porque no lo hemos podido hacer aquí. Tan sencillo como eso. Y esto, hablando de regadío, que hablamos de algo que tendría que estar fuera de todo debate como es el agua para beber, para que haya hoteles y casas rurales. Es que esto que estamos haciendo no es un acto de caridad”, ha dicho.
En esta línea indicó que mientras a Madrid no se le niegan sus peticiones de agua, “en Castilla-La Mancha tenemos que pelear cada gota de agua, y todos somos españoles y el agua es de todos”.
Para Page el trabajo que ha realizado Castilla-La Mancha ha sido garantizar el derecho a la población al acceso al agua. Así, indicó que nadie celebrará el conseguir este derecho, pero que seguro que preocupa mucho cuando falta, al igual que la libertad, que sólo se echa de menos cuando falta.
El presidente regional enfatizó que el agua es esencial para poder abordar un crecimiento económico en la zona y es fundamental, por ejemplo, para atraer grandes empresas. Por este motivo subrayó que el Gobierno de Castilla-La Mancha dedicará todos sus esfuerzos a defender el nuevo Plan Hidrológico del Tajo, aprobado el pasado 24 de enero por el Consejo de Ministros. “Ayer mismo firmé la instrucción a los servicios jurídicos para que la Junta de Comunidades se persone ante los tribunales para defender el acuerdo que hemos alcanzado con el Estado. Hay que estar hasta el último momento, y desde luego saber que lo que se consigue hay que consolidarlo, que luego pueden venir malos vientos. Es decir, que esto es de las cosas que una vez que está firmadas son irreversibles, eso pensaban los funcionarios antes de que les despidieran, o eso se pensaba con las obras de un hospital”.
Concluyó su intervención afirmando que “todo lo que merece la pena en la vida hay que pelearlo y esto lo hemos peleado bien”.