N. Velasco/Lanza
Manzanares
Las fiestas en honor a la Virgen de la Paz de Manzanares reunieron a decenas de vecinos al calor de las brasas en la fría noche del sábado en la gran hoguera prendida en la calle Jesús del Perdón. Desde por la tarde, el vecindario empezó a llenar las barras dispuestas por la Hermandad de la Virgen de la Paz y la Oración en el Huerto y las calles aledañas contemplaron un continuo trasiego entre bolsas de ‘palomas’ dulces, barquillos con canela, piruletas artesanas, castañas asadas y hasta paloduz. Con la lumbre encendida, a partir de las ocho de la tarde empezó a haber frente a la ermita parrillas, neveras cargadas de refrescos y kilos de chuletas y chorizos, que pronto empezaron a humear para engatusar los paladares en la celebración del segundo ‘santo viejo’.
Con motivo de las fiestas, el alcalde de Manzanares, Julián Nieva, y las concejalas Beatriz Labián y Silvia Cebrián, acudieron al concierto de la rondalla del Centro de Mayores, donde trasladaron el apoyo “incondicional” del Equipo de Gobierno. El primer edil puso en valor el trabajo que realiza el Centro de Mayores y destacó que el Ayuntamiento tendrá siempre la puerta abierta, “pues las propuestas que llegan son siempre razonables y serias”. Asimismo, el Ayuntamiento informó en nota de prensa de que este año la jornada de homenaje a las personas mayores contará con un mayor “esfuerzo” económico, para hacer “un día de reconocimiento inolvidable para todos”. Por su parte, la rondalla, bajo la dirección de Antonio Serrano, ofreció un amplio repertorio de nuevas canciones ensayadas en el taller de música del centro.
El broche a las fiestas lo puso el domingo la procesión de la Virgen de la Paz, por su recorrido habitual y animada por las marchas de la Asociación Músico Cultural Julián Sánchez-Maroto, donde participaron representantes de distintas hermandades, además del alcalde y miembros de la Corporación municipal.