La Fiscalía considera los hechos como constitutivos de un delito posesión con la finalidad de distribución y favorecimiento ilícito para su consumo de sustancia estupefaciente de las que causan grave daño a la salud y por los que solicita cuatro años de prisión y una multa de 8.000 euros.
Los hechos recogidos en el escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, se remontan a 23 febrero de 2018 cuando el acusado, en compañía de su pareja y su hija de 10 años, fue sorprendido por varios agentes de la Guardia Civil que desempeñaban labor de seguimiento y vigilancia con tres envoltorios de plástico en sus partes íntimas.
En el primero de estos envoltorios, que era opaco de plástico verde en forma de huevo ‘kinder’, aparecen cuatro paquetes dispuestos para la venta con un peso total de 64,67 gramos de cocaína con una pureza media de 32,36 %, valorada conforme a mercado en la venta al por menor (venta por dosis) en 4.981,01 euros.
En el segundo, que era transparente, aparece en forma de roca para ser cortada posteriormente con otras sustancias, 5,97 gramos de cocaína con una pureza del 85,89 %, valorada conforme a mercado en la venta al por menor (venta por dosis) en 1.220,46 euros.
En el último envoltorio, también transparente, aparecen, de nuevo en forma de roca, 1,44 gramos de cocaína con una pureza del 85,32%, valorada conforme a mercado en la venta al por menor (venta por dosis) en 292,42 euros.
Además, según el Ministerio fiscal, en el interior de la carcasa del móvil utilizado por el acusado, se encontró pegado un ‘post-it’ color naranja en el que aparecía apuntado un listado de nombres e importes.
El escrito asegura que la finalidad de lo encontrado era “la venta, distribución y favorecimiento ilícito de su consumo” y que el acusado estuvo privado de libertad durante dos días.
Por otro lado, la Fiscalía solicita que se dicte el sobreseimiento de las actuaciones respecto a la pareja del acusado, que iba con él en el coche en el momento que fue descubierto por la Guardia Civil.
El escrito sostiene que considera que “no existen indicios sólidos de su participación en los hechos”, ya que la droga se encuentra únicamente en el interior del cuerpo del acusado y esta no es una sustancia olorosa que “pudiera inducirla a sospechar que su acompañante en el coche la portase”.
