La tradición y el sentimiento de la fiesta de las Cruces y los Mayos de Piedrabuena (Ciudad Real) han atraído esta tarde las miradas de los visitantes de la Feria Internacional de Turismo –FITUR-, donde se ha presentado esta celebración, declarada el pasado año de Interés Turístico Regional.
El alcalde de la localidad, José Luis Cabezas, acompañado por la directora general de Turismo de la Junta, Ana Isabel Fernández, el presidente de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero, el teniente de alcalde de Piedrabuena, Rafael Sánchez, el concejal de Turismo, Ángel Borrás, y la responsable de Cultura, María Isabel Herrera Cabeza, así como por medio centenar de vecinos, han presentado un vídeo muy cuidado sobre una tradición que se remonta a 1212, año en que Alfonso VIII encabezó la reconquista de España y desde el que se reconoce en este municipio la devoción a la Santa Cruz.
Como ha explicado Cabezas, año tras año, durante los primeros días de mayo, los vecinos reproducen altares en los que instalan dos variedades de cruces, de tela y brezo, en una tradición que arrancó como una celebración pagana de la Naturaleza y que evolucionó hasta convertirse en una fiesta de carácter religioso.
Las cruces de tela son colocadas en las habitaciones de las casas, unas estancias que pueden ser visitadas y que se decoran al completo con telas, de manera elegante, de acuerdo a un diseño concreto.
La otra variedad de cruces es la que se elabora con brezo, con el que se reviste un altar central en el que se instala la cruz, con plantas de brezo florecido en color púrpura o blanco, y donde elementos naturales como el agua, el musgo, las plantas y los animales se convierten en los elementos fundamentales del conjunto.
Además, junto a las Cruces, tiene especial importancia la música y, de manera más concreta, el canto de Los Mayos, del que se encargan los cuatro grupos de ‘mayeros’ de la localidad: el del Santo Cristo de la Antigua, de Nuestra Señora de la Asunción la Cruz de Mayo y los Jóvenes mayeros de Piedrabuena. Esta tradición musical tiene que ver con la voluntad de los mozos que, por el mes de abril, se quedaban a dormir en las quinterías para realizar las tareas del campo, y bajaban al pueblo para cantar el mayo a las mozas con letras picarescas y amorosas. Pero, como ha explicado el primer edil piedrabuenero, no solamente las mozas eran la única inspiración para los mozos, sino que también lo eran la Virgen, el Cristo y la Cruz, a los que dedicaban sus cantos, una inspiración que continúa hoy.
Como ha concluido Cabezas, la presentación de hoy persigue que “nuestra fiesta sea cada vez más conocida, de manera que atraiga a un mayor número de visitantes, con la mirada puesta en una futura Declaración de Interés Turístico Nacional”. Por eso, ha animado a los piedrabueneros a compartir esta tradición con los turistas que deseen experimentarla.
