Piedrabuena ha llevado el olor a ajedrea a la Feria Internacional del Turismo. La fiesta de las Cruces y los Mayos es una de las tradiciones más singulares de la primavera castellano-manchega, declarada de interés regional desde 2017, y por eso no ha podido faltar este viernes en el stand de Castilla-La Mancha en Fitur.
Acompañado de decenas de vecinos que dan vida a esta fiesta y del artista internacional Pedro Castrortega, el alcalde de Piedrabuena, José Luis Cabezas, ha destacado este viernes en Madrid que desde la declaración como fiesta de interés turístico regional la localidad ha multiplicado el número de visitantes en el mes de mayo.
Cerca de “10.000 visitantes” llegaron el año pasado desde todos los rincones de la región y de otros puntos del país, como Andalucía, Madrid o Extremadura, para disfrutar de esta fiesta, que es el gran “tesoro” de los piedrabueneros, que también presumen de entorno natural y de gastronomía.
En palabras del alcalde, Fitur es “un escaparate ideal para dar a conocer una celebración que sentimos muy nuestra, pero que, estamos convencidos, tiene los requisitos necesarios para convertirse en internacional”. Por eso han aprovechado para presentar un video sobre la tradición y el paisaje de Piedrabuena, que ha servido para lanzar la intención de llegar a ser Fiesta de Interés Turístico Nacional.
De la mano de una de las tradiciones más populares y arraigadas del municipio, la fiesta “ha supuesto una auténtica inyección económica” para los establecimientos comerciales y de restauración, que además llenan de “alegría” y de “vida” todos los rincones de la localidad.
Una tradición popular
En las Cruces y los Mayos de Piedrabuena, los elementos propios del paisaje, que poco tienen que ver con la interminable llanura manchega de viñas y pastos, trascienden al pueblo en los primeros días de mayo. Las plantas aromáticas, los musgos, los líquenes y los estanques toman las cruces, mientras que los vecinos cantan los mayos a la Virgen, al Cristo y también a las “mozas”.
La historia de la tradición se remonta al 1212, cuando Alfonso VII encabezó la reconquista de España. Desde entonces se conoce la devoción a la Santa Cruz por parte del municipio, aunque las fiestas, primero de origen pagano ligadas a la veneración de la naturaleza, y después con tintes religosos, datan de unos años después.
El próximo mes de abril, los vecinos comenzarán con los preparativos de los altares, de tela y de brezo en las casas. Las primeras son ricas en telas, para dotarlas de “un carácter único y luminoso” y las segundas son las más originales, con plantas de brezo florecido en color púrpura y blanco, donde el agua, el musgo y las plantas son protagonistas en la decoración.
El ambiente lo completa la música de los cuatro grupos de mayeros de la localidad: Santo Cristo de la Antigua, Nuestra Señora de la Asunción, la Cruz de Mayo y los Jóvenes Mayeros de Piedrabuena.
En la presentación han estado también el teniente de alcalde, Rafael Sánchez, el concejal de Turismo, Ángel Borrás, y la responsable de Cultura, María Isabel Herrera Cabeza.