Así lo explica a Lanza, José Luis Villegas, un venezolano afincado en Valdepeñas desde hace 16 años y que junto al sumiller José Carlos Rodríguez, que regenta el conocido Chato Grato, Ana Blanes y Carlota Acosta, dan vida a este novedoso proyecto familiar.
“José Carlos y yo siempre hemos sido unos enamorados del vino -comenta José Luis Villegas-, y desde que nos conocimos llevábamos pensando hacer algo juntos. Y a raíz de ahí surge la idea de elaborar algún vino”.
Por este motivo, se sumergieron en la zona de Cebreros, donde les atrapó el paisaje, los suelos graníticos y los viñedos viejos de montaña. Decidieron adquirir un viñedo antiguo de cerca de 104 años, en el cual están trabajando y aplicando medidas de mejoras tomando en cuenta siempre la palabra de los viticultores oriundos de la zona.
Posteriormente, y queriendo hacer algo en su tierra, Valdepeñas, llevando por bandera la autóctona airén, pensaron en la importancia de extraer todo el potencial y las opciones de elaboración que ofrece esta variedad: “hablamos con un amigo que tenía unas viñas para gestionarlas, aunque teníamos claro que tenía que ser ecológica y que no hubiera sido tratado con productos por lo menos en los últimos seis años. Y es que nuestra filosofía pasa por trabajar de la manera más ecológica y sostenible posible”.
Villegas destaca que en todo momento querían hacer una airén “diferente” bajo el método denominado Orange wine, que son vinos casi milenarios y donde el mosto extraído de las uvas se macera en contacto con las pieles durante prolongados periodos de tiempo. La citada maceración otorga al vino un tono más oscuro, anaranjado. Este hecho ha propiciado que sean conocidos como vinos naranja u Orange wines.
Este vino, del que se han embotellado unas 2.400 botellas y que ya se distribuye por los canales de restauración de ciudades como Madrid, Toledo, Ciudad Real y Valdepeñas bajo el nombre de Orange Wine by Pies Viejos, “se ha realizado de la manera más tradicional posible, adquiriendo unos recipientes de barro en forma de huevos que son parecidos a las tinajas, aunque estas últimas tienen la parte delgada abajo y la gruesa arriba, mientras que con los de barro sucede al contrario, lo que hace que siempre haya movimientos de lías”.
La vendimia de la uva la realizaron los socios de este proyecto, quienes fueron ayudados también por sus familiares y amigos a la hora de seleccionar la uva. Dicha selección fue “bastante exhaustiva”, pues “intentamos quitar todo lo que estaba de más”.
Una vez realizada la selección, se colocó todo en dos depósitos, uno de barro y en otro de acero inoxidable, donde “fermentaron totalmente con las pieles, sin usar ningún tipo de levadura, porque tratamos que el vino sea lo más puro posible, teniendo la menor intervención. De hecho, en el depósito de barro el vino permaneció 48 días, mientras que en el de acero inoxidable estuvo 99 días a temperatura controlada. Posteriormente pasó a unas prensas verticales que se usaban antiguamente y que también se utilizan en la actualidad para los vinos más artesanales, y que es donde han reposado durante unos cinco meses”.
José Luis Villegas aclara como los vinos con la variedad airén de Pies Viejos fueron embotellados hace algo más de dos meses: “Están teniendo una aceptación bastante importante dentro del sector, pues son muy gastronómicos, cien por cien airén ecológico de viñas viejas de secano. De hecho, algunos importantes restaurantes de la zona como Retama o El Coto de Quevedo, ambos con Estrella Michelin, ya lo tienen”.
Villegas explica que este proceso de elaboración “hace que el vino sea más gastronómico y totalmente diferente a los tradicionales blancos que se suelen elaborar. Al estar con las pieles y tener cierto porcentaje de raspón, hace que aparezca el tanino de una manera potente, siendo muy ancho en boca y ofreciendo matices que quizá no aparezcan en otros airenes como hinojo, jengibre y toques minerales, reflejando la zona en la que está”.
Gastronómicamente hablando, indica que el vino blanco de Pies Viejos resulta ideal para “ser acompañado con un secreto ibérico, con unas chuletillas de cordero así como con muchas comidas manchegas como pueden ser las gachas o las migas”.
Vino tinto de Pies Viejos en Valdepeñas
Teniendo La Mancha un pasado garnachista, desde Pies Viejos han optado también en la zona de Valdepeñas por esta variedad, concretamente, una garnacha tinta procedente de un viñedo en vaso de pie franco de más de 70 años. Este vino también se realiza de forma artesanal, siendo fermentado en hormigón, y criado en barricas usadas por vino blanco de uno y dos años.
Hace precisamente una semana fue embotellado este vino tinto, muy potente y presenta aromas florales. En el futuro (entre noviembre y Navidad) se comercializará bajo el nombre de La viña es bella, embotellándose unas 2.240 botellas.
Proyecto en la zona de Cebreros
Dentro de la zona de Cebreros, que fue desde donde surgió este bonito sueño convertido en realidad, Pies Viejos tiene dos vinos muy artesanales de garnacha tinta.
Toda la información relativa a este y otros temas están disponibles en su página web, www.piesviejos.com , y en sus redes sociales de Instagram y Facebook, @piesviejos.
