La población de la mosca del olivo ha aumentado de forma “ligera” en la provincia de Ciudad Real con respecto a semanas anteriores, al igual que en la de Albacete.
Según los datos aportados por el departamento de avisos fitosanitarios de El Chaparrillo, esta incidencia no ha rebasado los niveles de la plaga alcanzados en la pasada temporada.
Se trata de una de las epidemias “más importante” en el olivar castellano-manchego, ya que sus efectos influyen negativamente en la producción y en la campaña del aceite. En concreto, la pérdida de peso y la caída prematura del fruto hacen que el volumen de la recolección del fruto sea menor y que los aceites pierdan calidad.
Por ahora, a falta de algo más de un mes para que comience la cosecha de la aceituna, la media provincial de capturas de adultos por mosquero y día es de 1,45 en la última semana. Según el boletín, la media provincial de picada viable es del 2% y el porcentaje de fecundidad, del 60%.
El máximo de picada viable en las estaciones de control (EC) situadas en Agudo son de un 12%, y en la finca la Entresierra, en el término de Ciudad Real, es del 8%.
En el resto de estaciones (Villarrubia de los Ojos, Fernán Caballero, Cózar y Malagón) “oscila entre el 0% y el 5%”, situándose la mayoría por debajo del 5%.
Las condiciones ambientales de temperatura y humedad son un factor limitante, recuerdan en el boletín, para el desarr4ollo de la msca del olivo.
El rango óptimo de temperatura está comprendido entre los 20 y los 25 grados centígrados, acompañado de una humedad relativa elevada.
Las temperaturas inferiores a seis grados y superiores a 35 grados pueden interrumpir su desarrollo.
Incidencia
Con todo, la incidencia de la plaga, hasta el momento, está siendo baja. En las provincias de Albacete, Ciudad Real y Toledo, los niveles de población han descendido con respecto a laño anterior, y solo ha experimentado un ligero aumento en la provincia de Cuenca.
No obstante, los expertos recomiendan a los productores vigilar el cultivo, a través de seguimientos de adultos con trampas y el control de aceituna picada mediante la realización de muestreos de frutos.
Para el seguimiento de la plaga en Castilla-La Mancha, la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural tiene en funcionamiento una red, compuesta por técnicos de las oficinas comarcales agrarias (OCA), de la agrupaciones de Sanidad Vegetal (ASV) de olivar y de la Estación Regional de Avisos Agrícolas (ERAA), que recoge los datos cada semana y los envía a los colaboradores con las recomendaciones de tratamiento.
