La instalación de una explotación ganadera caprina en el término de Pozuelo de Calatrava ha enfrentado a los vecinos que viven en zonas diseminadas cercanas al proyecto con el Ayuntamiento pozoleño, que está tramitando la licencia de actividad para la empresa Qabra Latrava S.L., impulsora de la granja.
Algunos vecinos del casi centenar que viven o tienen su segunda residencia en el radio de un kilómetro respecto a la parcela 51 del Polígono 4 del término pozoleño, donde se va a ubicar la granja, también próxima a la carretera hacia Torralba de Calatrava, están presentando cartas al Consistorio dentro del plazo de alegaciones abierto durante 20 días hábiles, tras su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) el 26 de octubre.
Uno de los moradores que se oponen, en su caso porque su casa se encuentra a menos de 100 metros de la futura finca caprina, ha enviado dos escritos de observaciones contra la instalación, principalmente por el impacto medioambiental que tendrá como fuente de contaminación y como riesgo para la salud pública.
Conocedor del proyecto que, al parecer, contará con 5.000 metros cuadrados construidos y 1.950 cabezas de caprino, este vecino pide al Ayuntamiento pozoleño que “desestime y archive” la solicitud de licencia de actividad ganadera, o que la suspenda de manera temporal antes de solicitar diferentes informes a las instituciones sobre la viabilidad de la instalación.
En concreto, ve preceptivo que la Unidad Técnica de Apoyo a los ayuntamientos de la Diputación provincial emita una opinión técnica sobre la idoneidad de la granja, y que la Consejería de Agricultura, Medioambiente y Desarrollo Rural, realice un informe de impacto medioambiental, con el objetivo de acreditar que se trata de una actividad “que no afecta ni perjudica a la salud humana ni al medioambiente”.
La ausencia de esta última evaluación sería, en opinión del mismo interlocutor, un “fraude de ley”, ante la presunta estrategia “a hechos consumados” de la empresa para convertirse en una macrogranja (más de 2.000 cabezas) sin pasar por ningún examen medioambiental.
Tal y como relata, la mercantil “pretende evitar el informe para, una vez concedidas las correspondientes autorizaciones, modificar y ampliar la explotación”.
El vecino apela en su escrito a diferentes normativas como el decreto de 2018 que regula las explotaciones ganaderas y núcleos zoológicos en Castilla La Mancha o la Ley de Sanidad Animal, que contemplan medidas de control “en la gestión de cadáveres, deyecciones y otros residuos de ese tipo de explotaciones”, o la obligación “de respetar la distancia sanitaria con poblaciones, carreteras y caminos que puedan constituir fuente de contagio”.
Son requisitos “que incumple” el proyecto de ‘Qabra Latrava, S.L.’, dado que la explotación, al parecer, está a menos de 2.000 metros de la Laguna del Prado, que es reserva natural, y a unos 100 metros de la carretera a Torralba, y muy cerca de concurridas vías rurales como el camino de Pozo Jacinto o de la Membrilleja, el de Carril del Águila o el del Cerrillo Calso.
De más a más, el vecino, que ha analizado el proyecto de ejecución de la explotación ganadera, denuncia que la propia planificación recoja que “el terreno de la parcela en donde ubicará tiene una gran capacidad de filtración”.
“Traerá empleo”, según el alcalde
Distinta valoración hace el alcalde de Pozuelo, Julián Triguero, quien sostiene que “no hay motivos” para frenar un proyecto que traerá “puestos de trabajo” a la localidad y que se ubica a más de dos kilómetros del núcleo urbano, que es la distancia mínima exigida por ley.
La empresa, según explica, empezará su actividad con 500 cabras, y su principal objeto será “la venta de leche”, que obtendrán en la sala de ordeño prevista, entre otras instalaciones para la gestión ganadera.
El regidor apela al proceso de alegaciones abierto para quienes se consideren afectados porque “todavía no hemos dado la licencia definitiva”, aunque advierte de los condicionantes que la empresa tendrá que cumplir, como el programa de control de estiércol, para dar solución al, a su juicio, principal factor de alarma social.
“Entiendo que se quejen por los olores”, aunque “yo seré el primero en exigir a la empresa que cumpla la gestión de los residuos”, que “no son como los de porcino”.
Triguero explica que los técnicos del Ayuntamiento, abogado y arquitecta, no ven “motivos fundamentados para frenar” la explotación, así como, indica, está pendiente la obtención del código de explotación ganadera de la Junta, en tramitación.
El alcalde pozoleño apela, por último, a los vecinos diseminados y a cualquier ciudadano a consultar el proyecto en la web municipal porque “somos transparentes”, y recuerda que la licencia provisional fue aprobada por unanimidad.