“Ancestral, exótica, singular, cultural, única, protegida”, y a su alcance”.
Así rezaba el mensaje publicitario de la Asociación para la Promoción de la Berenjena del Campo de Calatrava en la iniciativa turístico-gastronómica ‘Los Sabores del Quijote’. Productos y platos de nuestra tierra’, celebrada este fin de semana en Bolaños de Calatrava, en la que la berenjena triunfó por derecho propio, junto a cebollas, aceite y patatas.
Al frente del estand, Elviro de Toro, un joven agricultor que manifiesta la necesidad de dar más salidas comerciales a un alimento “único y singular”.
Destaca la conservación de la variedad conocida como ‘Dealmagro’ desde hace siglos y su tratamiento para el consumo, tanto procesada como en fresco.
“Se cultiva en varios pueblos de la comarca, como Aldea del Rey (es la localidad más productora), Bolaños de Calatrava, Almagro, Calzada de Calatrava, Granátula de Calatrava, Valenzuela de Calatrava y Viso del Marqués, y ahora la estamos promocionando en fresco como verdura, por sus propiedades fantásticas”, apunta un entusiasta De Toro, que apuesta porque los objetivos de la asociación logren calar entre los consumidores y el sector hostelero.
“Es un diamante en bruto, y aparte del aliñado y embutido, estamos intentando que se introduzca en la cocina como cualquier otra hortaliza que se utiliza en un guiso o en platos con diferentes formas”, apunta, mientras muestra una de las simienteras que servirán el grano más cualificado para la próxima campaña.
El productor bolañego, con dos hectáreas y una producción de 100.000 kilos al año, destaca el buen balance de la presente recolección, que ya ha superado el rendimiento total alcanzado en 2016, tras casi tres meses de recogida de berenjena en su explotación.
La campaña, como todos cultivos, se adelantó unos 10 días, a principios de julio, por las escasas precipitaciones, aunque como solanácea le favorece el calor y sigue produciendo hasta la llegada del frío “teniendo sus cuidados y temperatura”.
Cada cuatro días, y con la flor engordada, los trabajadores de De Toro recogen las berenjenas de un tamaño de menos de 5 centímetros (así las demanda la industria de encurtidos) en cajas de plástico, que luego él carga con el tractor y vende a una de las fábricas de la zona.
Simientera
La simientera es una berenjena que “va la dejamos crecer poco a poco en la mata, hasta el punto que consideremos para sacar la simiente del año que viene”, indica con un punto de complicidad.
Se trata de una práctica ancestral que ha ayudado a conservar la variedad, basada en la selección personal “de la planta que más nos gusta a cada agricultor” para extraer las “mejores” semillas de entre las 60 o 70 simienteras elegidas. Es una elección que guardan con gran celo para después producir las semillas y trasplantarlas al terreno, una vez se ha estercolado.
Conservación de la variedad
Sobre este particular, el asesor técnico de la Asociación para la Promoción de la Berenjena del Campo de Calatrava, Ángel Castro, resalta el papel de los productores de la zona como “verdaderos artífices de la conservación de esta variedad”, que ya han registrado.
Precisamente, Castro hace hincapié en la reciente solicitud a la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural para que incluya el cultivo de la berenjena ‘Dealmagro’ como receptor de las ayudas económicas en la futura Política Agraria Común (PAC), pues supondría un atractivo a los agricultores para que no dejen de apostar por el cultivo.
Castro advierte del “peligro de extinción de esta variedad única y autóctona” tras comprobar que se está reduciendo la supercie, en beneficio de otras plantaciones incluidas en las subvenciones europeas.
La berenjena ‘Dealmagro’ es la materia prima de la Indicación Geográfica Protegida Berenjena de Almagro (IGP) por ser la variedad “exclusiva y autóctona nuestra”, sostiene Castro, también gerente de esta entidad, bajo cuyo reconocimiento el fruto es sometido a un proceso tradicional de conserva consistente en la cocción, fermentación, aliño y posterior envasado.
Otro paso más, según Castro, será “potenciar su consumo en fresco como marca de calidad con la identificación de berenjena Campo de Calatrava, porque abarca todo la comarca”.
La finalidad es, por tanto, que “se consuma en fresco, rebozada o asada, como ingrediente en la cocina y que se compre en el supermercado”.
Por ello, la Asociación para la Promoción de la Berenjena del Campo de Calatrava ha presentado al Grupo Local para el Desarrollo de Campo de Calatrava un proyecto dirigido al reconocimiento en fresco de esta hortaliza que se explota en dicho territorio como marca de calidad diferenciada, y como paso previo a la Denominación de Origen.
“El proyecto está en mantillas y ya se lo hemos comunicado a la Dirección General de Agricultura”, informa Castro a El Campo.
Semillas controladas
De la misma manera, otro objetivo de la inclusión del cultivo en los planes de Desarrollo Rural es “evitar el riesgo de erosión genética” en la variedad ‘Dealmagro’, es decir, que pueda disminuir o desaparecer la diversidad genética de esta familia específica cuando las semillas ‘se vean contaminadas’ en posibles cruzamientos espontáneos.
Esta es otra razón por la que “hemos pedido a la Consejería de Agricultura la incorporación del cultivo como beneficiario de ayudas”, manifiesta Ángel Castro pues permitirá investigar, y disponer de plantaciones “con semillas, sino certificadas, al menos controladas para evitar la erosión genética”.
El volumen final de producción de berenjena superará entre un 10 y un 15% al del año precedente
En cuanto a la actual campaña de recogida de la berenjena especie ‘Solanum Melongena’, estiman, a pocos días de su finalización, una cifra que supere los dos millones de kilos.
En concreto, según Castro, el volumen final de producción superará entre un 10 y un 15% al del año precedente, a tenor de los datos de rendimiento y el anticipo en 10 días el inicio de la campaña y el alargamiento en otros tantos de su cierre.
Será una de las mejores cosechas de los últimos años de un cultivo que en el marco de la Indicación Geográfica Protegida reúne 52 hectáreas y unos 350 jornaleros. También permite emplear hasta medio millar de personas en el puñado de fábricas conserveras que elaboran la berenjena encurtida en las localidades de Almagro y Bolaños.