En el Día Nacional del Donantes de Órganos Alcer ha hecho un llamamiento a la solidaridad para que el número de donantes se incremente. Concienciar a la población a través de estas iniciativas que “dan vida” a otras personas que viven “atadas” a un hospital.
Miguel Ángel Duque, presidente de Alcer, ponía en valor el hecho de que en este último año el incremento de donaciones en la región haya sido posible, situándose ya “en números rojos” con 40 donantes por cada millón de personas; unas cifras alentadoras. “Es importante hablar con la familia y expresas los deseos de ser donante”, justificaba.
No obstante, Manuela Cid, médico internista y coordinadora de trasplantes en el hospital de Puertollano, aseguraba que “es un día de agradecimiento porque los donantes han regalado vida para un enfermo, los pacientes esperan tener una segunda vida fuera del hospital”.
El hecho de morir, en esta ocasión, puede llegar a dar vida de nuevo, es la premisa sobre la que Cid justifica las donaciones y daba lectura a un libro bajo el título “Una historia de magia” que habla de un niño de tres años que recibe un trasplante de corazón, un libro escrito por la madre de este pequeño que muestra la alegría y las incertidumbres de estos momentos.
“Hay magos en todos los hospitales”, decía Manuela Cid, quien además resaltaba que “ésta es la forma de dar vida después de la muerte”.
En el hospital Santa Bárbara, en el año 2015 se dieron cuatro donantes, en el año 2016 uno y en este año de momento no se ha producido ninguno, “también es una buena noticia porque no nos hemos visto en ese caso”, matizaba Cid.
Por último, Césareo Peco, gerente del hospital Santa Bárbara, destacaba el hecho de que “lo que se decida en ese momento pueda ser útil para otras personas”, una decisión familiar que debe estar hablada para que todos, si en algún momento nos encontramos ante la muerte de un familiar, sepamos cuál era su voluntad.