En muchas ocasiones ha tenido motivos suficientes para perder su sonrisa, pero su arrollador optimismo le ha llevado siempre a seguir hacia adelante. Cristina Mata es una mujer madrileña afincada en la ciudad de Puertollano desde hace tres años –posee vínculos familiares con la localidad de Chillón y con la ciudad industrial-, que está dedicando su vida profesional en estos momentos a ayudar a personas que necesitan de su experiencia.
Cristina ha considerado que todo lo aprendido en la vida, que es mucho a pesar de sus 45 años, debía servir también para superar procesos y situaciones que nos ponen entre la espada y la pared con nuestros propios sentimientos y formas de ver la vida de manera negativa. Buscar, no los motivos o el por qué sucede esto o aquello, sino el para qué: esa es la clave.
La Sonrisa de Cristina, así se llama su marca, con la que trabaja desde hace unos años después de formarse en desarrollo personal y en temas de coaching, ofrecer una visión distinta para poder seguir adelante, es su objetivo. Cristina Mata sabe transmitir a través de una conversación telefónica o una sesión on line que la vida está para vivirla y que los retos y dificultades siempre hay que aprender de ellos pero que no lleguen a ser la carga que esté sobre nuestras espaldas el resto de nuestra vida. Vivir el momento es el mensaje que traslada a toda la sociedad.
Cristina Mata sufrió un cáncer de hueso a los 5 años de edad, a partir de ahí tuvo que pasar por tratamiento de quimioterapia durante mucho tiempo y la amputación de una de sus piernas. Su experiencia vital hace que ahora pueda ayudar a otras personas que también sufren una amputación en su cuerpo, incluso a familiares que solicitan su ayuda para que les recomiende sobre cómo tratar a estas personas que están pasando por una amputación y que suele ser muy traumática. Siempre desde el apoyo y la ayuda emocional que puede transmitir sus palabras y mismas vivencias sirven para poder ofrecer otra visión y hacer posible que el camino sea más liviano.
Posteriormente Cristina perdió a su madre cuando tenía 12 años, además ha contado con otras pérdidas de familiares muy cercanos que ha tenido que ir superando, entre ellas la de su marido. A partir de este momento ella se convierte, a la vez, en la madre y el padre de su hijo al que también quiere inculcar el lado positivo de la vida, que siempre hay un motivo para seguir hacia adelante con una sonrisa en la cara.
Dirigió su lado profesional en su juventud hacia una gestoría de la que era propietaria, tras estudiar Derecho. Posteriormente decidió que realmente no era lo que le llenaba y tomó la decisión de dar un giro a su vida profesional hacia el lado del coaching, el desarrollo personal y ofrecer su ayuda a los demás: es lo que verdaderamente le importa. Para ello también imparte charlas donde se le requiere, charlas cargadas e impregnadas de optimismo. Es en este momento cuando decide también abandonar Madrid y trasladarse a residir a la ciudad de Puertollano, donde actualmente continúa.
Escribir un libro
Los proyectos para esta mujer siguen con paso firme. Cristina Mata explica su deseo de escribir un libro, en el que ya está inmersa en los prolegómenos, con el que intenta seguir ofreciendo su ayuda a los demás a la vez que plasmará su historia personal. De hecho afirma que intentará que Irene Villa, amiga desde hace años, escriba el prólogo del mismo. Toda la sociedad conoce también a Irene Villa por su optimismo a la hora de aferrarse a la vida y vivirla con palabras mayúsculas. Ambas han compartido muchas experiencias y ambas han encontrado todo el lado positivo de la vida. “Pese a las dificultades de la vida uno puede salir adelante, es lo que quiero plasmar, la valentía de tirar hacia adelante, no venirnos abajo, que también nos ocurre, a mí también, yo también lloro”, avisa.
Su sonrisa, positividad y resiliencia son su seña de identidad en estos últimos años, rasgos que abandera la personalidad de Cristina Mata porque “lo que me ha pasado en la vida no me ha paralizado, me ha impulsado más, he ido forjándome mi propio camino, eso es lo que quiero transmitir a la gente, que las cosas son más fáciles de lo que las ponemos”. Así, reconoce que en cada una de las piedras que la vida le ha puesto en su camino solo le han servido para pisar en ella para poder tomar impulso y poder seguir adelante.
Ayuda a otras personas
Las personas que han solicitado su ayuda para recibir sesiones, on line, de ayuda suelen ser mujeres, más que hombres, destaca, “la mayoría de la gente es gente que ha sufrido una amputación, tiene cáncer o problemas de este tipo, también hay mamás que han perdido niños, mujeres que no han podido tener hijos o personas que han perdido algún familiar y no son capaces de asimilarlo, primero hago una entrevista previa con las personas por teléfono y después un paquete de cuatro o seis sesiones de una hora más o menos, les acompaño, les hago que ellos aterricen, que no busquen el por qué y más el para qué, el por qué nos lleva al pasado y no sirve de nada, no tomamos conciencia, ni vivimos el momento presente, nos cuesta mucho tirar hacia adelante”, subraya.
Cristina Mata asegura que “yo también me sometí en su día a un proceso muy potente de este tipo y ahora yo me siento muy afortunada de poder ayudarlos”. Es totalmente consciente de que “mi propósito está aquí y ahora porque muy pocos tenemos amputaciones físicas pero todos tenemos amputaciones emocionales”, esas que intenta curar Cristina Mata.
Así, todas las personas interesadas podrán encontrar a esta chica a través de sus redes sociales, siempre buscando La Sonrisa de Cristina, así como a través de la web que lleva este mismo nombre. Una ayuda que en ocasiones se hace imprescindible y que Cristina Mata ofrece a quien así se lo solicita.