Un itinerario que se inició con una visita guiada por las ruinas de la Iglesia de Santa María y por la bóveda de casi 150 metros de longitud, construida el siglo XVI para cubrir el río Cerezuelo; esta bóveda permitía unir las dos orillas y proporcionaba un espacio sobre el que edificar la iglesia y otras dependencias públicas.
La ruta después se adentró por el arroyo con una cubierta vegetal de fresnos, sauces, higueras, cornicabras, lentiscos, majuelos, labiérnagos y un sinfín de plantas, hasta llegar a la antigua fábrica de Nacelrío, transformada ahora en albergue rural, y seguir hasta el área recreativa de Riogazas, desde la que contemplar el Castillo de las Cinco Esquinas.