La Parroquia de San Antonio de Padua de Puertollano, alma espiritual y cristiana del hoy conocido como Barrio Libertad, cumple el 10 de diciembre, 50 años de vida desde que ese día de 1972 abriera sus puertas a los fieles tras culminar las obras de la construcción del templo parroquial que se iniciaron el 7 de septiembre de 1969. Medio siglo al servicio de los ciudadanos y feligreses han llevado a la comunidad a celebrar el feliz cumpleaños durante todo el año 2022.
De algún modo, ese año será como una suerte de Año Sanantoniano, puesto que no faltarán actividades de todo tipo a lo largo de los próximos doce meses.
La Eucaristía del sábado, 11 de diciembre será el punto de partida de un periodo en el que la efemérides religiosa y social estará jalonada de diversas actividades.
Como reseña el actual párroco, Alfonso Morejudo, en el periodiquito mensual que edita la misma parroquia, “queremos llevar a cabo conciertos, conferencias, exposiciones y mesas redondas que nos retrotraigan a esos rescoldos de ayer que con entusiasmo, ganas y esfuerzos, no exentos de sacrificio, hicieron posible levantar esta Casa de Dios en medio de las casas de los hombres, en un barrio obrero donde tenían su hogar tantas familias de mineros”.
Una comisión compuesta por miembros de la parroquia está actualmente elaborando un programa de actividades. Algunas están ya cerradas y apalabradas, pero aún queda gestión por delante, ya que se trata de dar contenido a todo el 2022.
La Eucaristía de las siete de la tarde de este sábado estará presidida por José Valiente Lendrino, sacerdote de la diócesis que cantó su primera misa en la parroquia en 1976.
Al final de la Misa se entregarán los premios del concurso de logotipos organizado para elegir la marca del Cincuentenario. Y después, la Coral Polifónica de Puertollano ofrecerá un concierto en dos partes de espirituales negros y de cantos navideños.
La Parroquia de San Antonio fue producto del esfuerzo de su primer párroco, Juan, sacerdote muy querido y popular en Puertollano, dado que no escatimó su tiempo ni su trabajo para hacer realidad la actual sede parroquial, a donde se trasladó en 1972, mientras ejercía provisionalmente sus funciones en el Centro de la Cruz Roja. Colaboraron con él los sacerdotes Reinaldo y Bonifacio, coadjutores ambos, hasta el turno del sucesor de Juan, Alfonso, el segundo párroco en estos 50 años y verdadero mullidor de la vida parroquial en la actualidad.