Tras empezar el recorrido en la antigua plaza mayor, el grupo pasó por delante del antiguo hospital de Peñarroya, hoy residencia de ancianos de las hermanas de la Cruz, y por las llamadas “Casas de los franceses”, así denominadas porque pertenecieron a los ingenieros de Peñarroya. Aquí los participantes pudieron comprobar el tamaño de las viviendas, muy reformadas.
En una nota de prensa, la asociación explica que seguidamente el grupo pasó por los talleres Calatrava, la antigua central eléctrica, el lavadero de carbón y otros edificios del patrimonio industrial de Puertollano en un lamentable estado de ruina y en donde el guía, Alfonso, explicó todo lo concerniente a estos edificios y para qué se utilizaban.
Con la luna casi llena el grupo llegó al paraje de La Nava, donde muchos participantes conocían por primera vez la fuente agria y la mayoría se arremolinaban para beber este delicioso líquido con las mismas características que la de la fuente del Paseo.
Los participantes conocieron el palomar, también en un estado preocupante de ruina, y las enigmaticas cazoletas, unos agujeros cónicos perfectos, hechos en las rocas de las Navas y que han sido estudiados sin que nadie haya dado con su significado.
Gracias a un láser los participantes pudieron conocer un poco más de las estrellas más brillantes del firmamento.
En el camino de regreso, el grupo pasó por la zona minera de Puertollano, llegando al Terri, donde algunos participantes subieron a esta escombrera convertida en parque para disfrutar de las vistas nocturnas de la ciudad.
Portus Planus agradece a todos los participantes, especialmente los que llegaron desde fuera de Puertollano y a los que nos conocían por primera vez. “Vosotros nos hacéis crecer y gracias a vosotros podemos hacer posible la difusión del patrimonio de nuestra ciudad”, afirma la asociación.