Es acercarse el mes de Mayo y volver a nuestros recuerdos la explanada del Bosque donde se instalaba la feria, serán cosas de la edad, pero la nostalgia se apodera de nosotros, pero nostalgia de qué? Nostalgia de nosotros mismos, de los niños y niñas que fuimos y que ya no volveremos a ser, nostalgia de las atracciones de feria, de las casetas, del circo que entonces era como un hecho mágico porque era nuestra única diversión en todo el año, no puede ser nostalgia de un tiempo pasado que “nunca fue mejor”.
La cercanía del Instituto Fray Andrés nos hacía sentir la feria muy cerca, con la feria ya se olían las vacaciones, el curso prácticamente había terminado y el centro se llenaba de niños y otros menos niños que venían de otras localidades sin instituto a examinarse “por libre” para sacar el bachillerato, arrastraban su cansancio y sus carteras por el centro mientras que nosotros hacíamos una escapada a la feria.
Pero junto a estos recuerdos festivos, hay una feria muy especial grabada en mi memoria, la de 1962, iba a ser una feria especial con la inauguración del reloj de flores y las fuentes luminosas, ¡qué modernidad!, pero la realidad se impuso y para muchos terminó la edad de la inocencia, el 9 de mayo de 1962, se terminó la feria cuando los mineros de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, de nuestra cuenca minera iniciaron una movilización, en principio un encierro de trabajadores en los pozos y en días sucesivos se habrían de sumar los trabajadores de la fábrica de la Empresa Nacional Calvo Sotelo (ENCASO), la actual Repsol, así como los talleres metalúrgicos, obreros de la construcción y otros sectores de la ciudad, alcanzando un paro de 12.000 trabajadores, la mayor movilización obrera que tuvo lugar desde la República.
Aquella ha quedado para la historia del movimiento obrero como la ‘Huelga de los treinta duros’, porque esa era la reivindicación de los mineros puertollanenses que reclamaban un salario de 150 pesetas. Pese a que el derecho de huelga estaba prohibido en plena dictadura franquista, el movimiento obrero de la comarca secundó un paro que se extendió a lo largo de aproximadamente una semana.
La huelga fue liderada por hombres arrojados, comprometidos, exigentes, que constituyeron “la Comisión Obrera” en cada empresa, que fraguaron un crisol de solidaridad y exigencia, pero sus mujeres estuvieron con ellos, apoyándolos en las acampadas de la bocamina, llevando comida, cuidando el hogar…
Se aplastó la revuelta, hubo detenciones, se señalaron a trabajadores, se despidieron a otros; se les mantuvo en estrecha vigilancia para privar finalmente a muchos del empleo, mis recuerdos me muestran un paseo de San Gregorio tomado por “las fuerzas del orden” que se desplazaron a Puertollano de diferentes puntos de nuestra geografía, y una imagen insólita hasta entonces en nuestra ciudad, “la lechera” aquella tanqueta de agua a presión, que después vimos y sufrimos repetidamente en las movilizaciones de la Universidad.
Aquello es un recuerdo que no me produce nostalgia, sino tristeza, sin embargo, se inició un camino imparable en la lucha contra la dictadura franquista.
No fue en vano. Se lograron mejoras, aquella huelga fue sin duda el germen que cimentó la lucha colectiva de los trabajadores en nuestra ciudad.
Pero como la historia sigue, después de aquel año vinieron otros primeros de mayo, otras reivindicaciones y otras ferias y en 1986 se inauguró en nuestra ciudad el nuevo recinto ferial de la Barriada Fraternidad, mi barrio, donde jugué en la calle, y donde por casualidades del destino terminé mi carrera profesional como profesora y directora del Instituto “Dámaso Alonso”.
Este año 2025 se cumplen 130 años desde que un alcalde visionario inauguró la “Nueva Feria de Puertollano”, joven y emprendedor, Fulgencio Arias decidió que la nueva feria se ubicase en el Paseo, zona de expansión de la localidad y no en el entorno de la plaza como pretendían algunos comerciantes.
Hoy, ese papel de zona de desarrollo y crecimiento es la barriada Fraternidad, las 630 para los mayores, fue un acierto de otro alcalde, el primer alcalde democrático, de nuestra ciudad, Ramón Fernández Espinosa, trasladar allí la feria después de 91 años celebrándose en el Paseo de San Gregorio, ¿Dónde se ubicará la futura feria en 2077, cuando hayan pasado otros 91 años desde 1986?