Carmen Álvarez, responsable de las colecciones del Jardín Botánico de Córdoba, ha ofrecido una magistral conferencia en el Museo Cristina García Rodero para hablar de lo que ya se conoce como la Pompeya Paleobotánica y que hace referencia al yacimiento paleontológico que desde hace unos años se excava en la ciudad de Puertollano, concretamente en los alrededores de la mina La Extranjera aunque las investigaciones de la misma van más allá en esta cuenca minera, como la mina Emma.
La Pompeya Paleobotánica son tres niveles volcánicos del total de más de 600 metros de la cuenca que sepultaron una serie de fósiles por los volcanes de la zona y de los que se está haciendo un seguimiento y fuerte investigación que nos adentra en los bosques del Carbonífero y en la Omphalopholios puertollanense que es «la estrella de la Pompeya Paleobotánica». Estos volcanes ocultaron este árbol concreto que no hubiera fosilizado de no haber sido por las cenizas que lo sepultaron y preservaron esta especie de manera fosilizada.

Carmen Álvarez destacaba que el Omphalopholios puertollanense ha sido crucial para conocer más sobre esta especie que «ha permitido definir el género, es una licofita, muy importante en el Carbonífero, que eran los árboles que generaban los carbones de Puertollano, precisamente las cenizas volcánicas son las que lo han fosilizado» y lo que la hace especial en Puertollano.
La imagen del Puertollano de hace 303 millones de años, en la que el presente es la clave del pasado, nos lleva a imaginar bosques tropicales, estaba situada en una zona tropical al sur del ecuador, no en la actual, por lo que la imagen «era una selva tropical con una flora diferente a la actual, todavía estamos en estudio -no lo que era el bosque en sí-, sino lo cerca o lejos que estaba del mar porque nosotros pensamos que Puertollano tenía una conexión marina, siempre pongo el símil de la cuenca del Amazonas o el Misisipi, esos grandes ríos con sus bosques», así habría que pensar en Puertollano cuando nos retrotraemos hasta el Carbonífero.
Los trabajos de los grandes investigadores continúan para seguir ahondando en las profundidades del Carbonífero, «pensamos en un estuario y una gran bahía cerca del mar y la flora estaría más hacia el interior, tenemos una edad concreta para la Pompeya Paleobotánica, hace 303 millones de años, conocido a través de un método muy moderno que nos ha permitido situar a Puertollano, y habrá que seguir haciendo dataciones de otras capas, así como el material del omphalopholios que dará para hacer investigaciones durante décadas», justificaba Álvarez.
El nombre de la Pompeya Paleobotánica que se le ha dado desde hace un tiempo a la ciudad de Puertollano es ya de carácter internacional, «se conoce Puertollano por la Pompeya Paleobotánica, ahora esperamos que en el futuro se conozca también por otras cosas, la gente coge el símil para aplicarlo a otras zonas del mundo» por lo que este nombre ya suena en muchas partes del mundo.