La excelencia es un lugar reservado al que sólo unos pocos privilegiados consiguen llegar. Hasta alcanzarlo hay mucho sacrificio, mucho esfuerzo y muchos sueños acumulados, cuando se trata de estudiantes que están a punto de dar el salto hacia el futuro, ya sea a través de la Universidad o desde el lugar que decidan hacerlo.
Ser excelente no evita que se tengan que tomar decisiones y que de ellas dependan el lugar donde vas a asentar los cimientos de tu vida. Pero siendo el mejor, aseguras algo y es la demostración personal ya conseguida, de poder conseguir aquello que quieras.
Lo vivido este año en el IES Galileo Galilei de Puertollano es algo “histórico, inaudito y muy difícil de volver a repetir”, afirmaba el director del centro, Eduardo Rodríguez durante al acto de graduación de esta vigésimo sexta promoción, donde se llevó a cabo la entrega de diplomas a los once alumnos calificados con la máxima distinción académica, augurándoles “un futuro muy prometedor”.
Habitualmente cada centro dispone de cinco Matrículas de Honor para repartir entre el alumnado más brillante, con calificación de diez en todas las asignaturas cursadas durante el año académico. Sin embargo, este año, se ha tenido que ampliar el margen, porque han sido once los alumnos, de los ochenta y cuatro graduados, los que han demostrado la excelencia; además de otros tantos que se han quedado a las puertas de conseguirlo.
De acuerdo a los baremos establecidos, todos ellos han conseguido la máxima puntuación y por ello la única y más justa solución, ha sido reconocerlos por la misma medida.
En total, “han sido nueve chicas y dos chicos, procedentes de las cuatro modalidades de Bachillerato que se imparten en el centro”, explicaba a Lanza, María Dolores García, jefa de estudios del Galileo Galilei de Puertollano, los que gracias a su calificación, el año que vienen estarán becados, como preámbulo a los grandes logros a los que están destinados.
Desde que el centro abrió sus puertas hace casi treinta años “nunca se había producido algo similar”. “Estamos muy contentos y muy orgullosos de esta promoción”, afirmaba García.
Sin embargo, el reto de finalizar como los mejores estudiantes ahora amplía sus fronteras a todo el país. Del 8 al 10 de junio, los estudiantes de Castilla-La Mancha, se enfrentarán a los exámenes de EVAU, donde queda poner el broche final a un año donde ya han demostrado su excelencia, para conseguir el pasaporte hacia lo que quieran estudiar el próximo año y cuyas plazas, como las Matrículas de Honor, a veces suelen ser cuestión de décimas como pasa para acceder a medicina.