El grupo municipal popular visitó la barriada de Cañamares. Tras esta visita destaca que en la Plaza donde confluyen las calle Diego de Almagro y Cristóbal Colón, “nada queda ya, de lo que fue un pequeño espacio, bien cuidado, con sus setos recortados, sus bancos donde sentarse a la sombra en un caluroso día, y donde los niños podían disfrutar de los juegos, del parque infantil”.
Aseguran desde las filas populares que ahora solo quedan las malas hierbas, los enormes agujeros y piedras, donde estaban los toboganes, los adoquines arrancados de sus aceras y que se han abandonado, creando pequeños muros aquí y allá. Y los bancos, los que no están invadidos por la maleza, se encuentran rotos, y con sus armazones metálicos, retorcidos y corroídos por la herrumbre.
Explican que en esta misma plaza se encuentra también una pista deportiva, rodeada de una espesa vegetación, que casi hace inaccesible su única entrada, y que ya ha penetrado en el cemento, levantando y rompiendo su suelo. “Los esqueletos de las canastas de baloncesto se encuentran oxidados y tomados por las ramas de los árboles, mientras las rotas redes de las porterías, se utilizan para intentar tapar, inútilmente, los innumerables agujeros de las vallas, de las que penden improvisados tendederos de ropa, que se elevan por encima de la basura y los cristales rotos del suelo”.
No lejos de allí, en la Plaza Curtidores, aseguran que existe otro lugar de similares características, “donde las malas hierbas han tomado las aceras, levantando las baldosas, y haciendo peligroso andar por ellas. Mientras un colchón mugriento y los pedazos de un armario de contrachapado yacen junto al contenedor de basura”.
Desde el Partido Popular de Puertollano afirman que no es la primera vez que han denunciado la situación de abandono por parte del gobierno de las plazas, parques y calles, por lo que piden que asuman responsabilidades y trabajen, cada día, por el bienestar de los ciudadanos conociendo la realidad a pie de calle y hablando con los vecinos.
“Los vecinos del barrio de Cañamares, nos cuentan, de como la dejadez, ha creado una situación alarmante, donde las culebras y ratas campan a sus anchas y lo que eran zonas de recreo, se han convertido en un basurero con un olor nauseabundo y foco de todo tipo de insectos. Vecinos que se sienten menospreciados y abandonados por un gobierno socialista, que los trata como ciudadanos de segunda”.
