Porque trabajar con el barro requiere mucho amor y cariño hacia esta profesión, muchas horas de dedicación para una poco valorada profesión. Se impone lo efímero y lo rápido en estos tiempos modernos frente a la dedicación y la artesanía, que requiere mucho tiempo y horas de trabajo minucioso para poder conseguir la mejor pieza alfarera.
Virgilio continúa con su taller en la Avenida Primero de Mayo de Puertollano en un sector, el de la alfarería, que cada vez se va perdiendo más, “que se dediquen en cuerpo y alma a la alfarería prácticamente no queda nadie, todos tienen que tener algún trabajo o un sustento económico para poder seguir haciendo estas piezas, no es un rendimiento económico, alfarero de oficio y de profesión creo que soy el único en la provincia”. Sí que persisten alfareros de oficio, pero tienen otra profesión porque no se pueden dedicar exclusivamente a ésta, por lo que se dedican a la alfarería más por hobbie y afición que por profesión y de este modo continúan con un arte que les gusta.
Virgilio Vizcaíno aprendió el arte alfarero con el paso del tiempo –no procede de familiares dentro de este sector-, “me gustaba, tenía habilidad, empecé vendiendo artesanía de los mejores alfareros de España, los visitaba y siempre con mucha intención de aprender así lo hice, me siento privilegiado porque los alfareros somos muy egoístas y cuando sabemos algo no lo queremos compartir, pero yo al principio era vendedor y los mejores alfareros se abrieron y fui aprendiendo, en el año 1989 Ana Mª Leal me enseñó mucho de torno y aprendí el barro”, explica sobre su trayectoria profesional que con el paso del tiempo ha sabido ir afianzando.
La alfarería, como todo, ha ido evolucionando. Si antes solo se trabajaba con el barro ahora ya se pueden hacer piezas de más calidad. Antaño los hornos de leña y carbón marcaban las directrices de estas piezas, en la actualidad todo ha evolucionado y ahora estos hornos son mucho más exactos, de otra tecnología, “se pueden calcular las curvas y hacer piezas de mucha más calidad, nosotros los alfareros, para competir con la mecanización, trabajamos con las mejores calidades y los mejores materiales que existen en alfarería, es lo que he hecho para distinguirme de los demás, siempre a nivel técnico, he procurado hacer y tener la mayor calidad, me pueden igualar, mejorar no, cuezo en bicocción a mil grados y con una capa de vidrio” para conseguir buenas piezas; piezas únicas, irrepetibles e inigualables, cada una de estas piezas es toda una pieza de la más pura artesanía.
Las modas también imperan en la alfarería, ahora está en auge el barro negro de manganeso, “está muy de moda y ofrece mayor calidad y mejores matices, nunca pierdo de vista la alfarería rústica tradicional manchega, mi producto tiene mucha calidad de cerámica y la protagonista siempre es la cerámica, hay muy poco alarde artístico, procuro que la cerámica siempre sea de la mayor calidad y no intervenga mucho el artista, que la protagonista siempre sea la cerámica”, dar el protagonismo a la pieza en sí, tan solo algunos detalles florales o de otro tipo adornan algunas, pero siempre de manera comedida para no dejar perder la esencia más pura de la alfarería.
No obstante, Virgilio Vizcaíno además de ser buen alfarero en estos tiempos difíciles, reconoce que también es necesario ser buen gestor comercial, porque “pueden ser muy buenos alfareros pero no saben vender su producto”, comenta. Reconoce que las redes sociales también son una ventana al mundo y en este sentido ayudan a estos oficios artesanales a abrirse puertas y ser conocidos y reconocidos y que así se puedan demandar estas piezas para su elaboración y envío a diferentes puntos geográficos.
En su taller se pueden ver multitud de estas piezas en cerámica, también dentro del mundo de la joyería en barro, pasando por jarras de todo tipo, cuencos con más color, huchas, alfarería rústica tradicional manchega de Puertollano, laneros de colores, juegos de tazas en plateros muy decorativos, platos o botijos de todo tipo, “hay que darle color para hacerlo más atractivo en los tiempos que estamos”, puntualiza y continúa “y adaptarnos a hacer lo que la población demanda, piezas que puedan ser adquiridas”.
Virgilio ha sabido abrirse puertas en este difícil mundo de la alfarería y en estos momentos está vendiendo piezas –murales de barro en este caso- a La Rioja, concretamente a Cervera del Río que está instalando algunos de estos murales en su zona, también lo ha hecho para Córdoba, Valladolid y buenos clientes cuenta también en Tarragona y Barcelona. Por supuesto en Puertollano también existen algunos de estos murales, el dedicado a la proyección de la película Volver o el que existe en la calle Aduana en homenaje a Miguel Hernández.
Cursos
Los cursos para aprender este arte artesanal también son una importante fuente de ingreso para estos alfareros. Virgilio Vizcaíno no es menos y también enseña a quien quiere aprender el arte de la cerámica. Lo hace en su propio taller con personas adultas que llegan hasta el mismo, en muchas ocasiones, como una forma de relajación trabajando el barro. En este mundo frenético, posar las manos sobre el barro en el torno transmite una sensación relajante que hace dedicar tu esfuerzo tu concentración en esa pieza alfarera, todo lo demás queda de lado.
Alumnos que quieren aprender este arte centenario, algunos de ellos sin trabajo y otros con grandes profesiones que quieren pasar tiempo también en contacto con la artesanía, con la paciencia, el relax y la dedicación de su tiempo. “Hay gente que va al gimnasio, otros van a pintura, y otros vienen a trabajar el barro, les ayudo a conocerlos, la cocción, los minerales y demás, y así aprenden ellos y yo también de la creatividad de cada uno, quién no aprende también de sus alumnos, es una enseñanza mutua”, añade y destaca que son pocas las plazas existentes al tratarse de casi cursos a la carta, cada uno aprende lo que quiere.
Series sobre El Quijote
En estos momentos Virgilio Vizcaíno se encuentra inmerso en la elaboración de una serie de esculturas homenajeando a las piezas de alfarería tradicional. Quijotes, Sanchos, Dulcineas y todo lo relativo a los personajes del Quijote, pero con una base de botijo en gran tamaño.
Formarán parte de una exposición que recorrerá probablemente la zona de El Toboso para darse a conocer en otras zonas como artesano. Piezas de gran tamaño, con una base de botijo, que ya ha comenzado su proceso de creación y que se podrán ver expuestos, en un corto periodo de tiempo, en algunas salas expositivas dando más valor al arte alfarero, a la cerámica, al barro y a la pasión de estos artesanos que, aunque pocos, continúan trabajando con sus manos.
Más de diez horas al día trabajando el barro, secando lentamente, cumpliendo cada uno de sus procesos, manos artesanas que finalizan en piezas únicas e irrepetibles, cada una tiene su propio matiz y cada una tiene su propia esencia y corazón.