J.M.I.
Ciudad Real
La diputada nacional del PP Carmen Quintanilla ha atribuido este viernes la dimisión del director gerente del Área Integrada de Valdepeñas, Marco Antonio Esquivias, a los once meses de ser nombrado y conocida este jueves, al “caos” de la gestión sanitaria del Gobierno de Castilla-La Mancha, presidido por Emiliano García-Page.
En rueda de prensa, la parlamentaria “popular” ha descartado que esta decisión tenga que ver con motivos personales y la ha relacionado directamente con la política sanitaria del Gobierno regional del PSOE que está impidiendo, a su juicio, que se pueda desarrollar una gestión sanitaria que dé satisfacción a los usuarios.
Esta situación se nota, principalmente, en la falta de personal en hospitales como el de Valdepeñas, ha dicho Quintanilla, que ha remarcado que es una situación extrapolable a otros hospitales, no descartando otras dimisiones de otros responsables.
Para Quintanilla, esta situación no se palia con el anuncio de planes millonarios que no se plasman en la realidad y que repercuten en la mejora de la atención, como ocurre en el caso de la listas de espera.
La diputada del PP ha recordado el comunicado del sindicato CSIF, dado a conocer este jueves, en el que se decía que la plantilla del Hospital de Valdepeñas as «la más reducida, en proporción, respecto a otros centros de la provincia».
Alcohol y menores
Por otro lado, Quintanilla, en su condición de presidenta de la Comisión Mixta contra las Drogas del Congreso de los Diputados, dio las gracias a todos los grupos por su apoyo a la puesta en marcha de una ponencia para analizar el consumo de alcohol por menores y buscar soluciones a este problema.
Quintanilla ha recordado que la ponencia, que trasladará sus conclusiones al Gobierno, analizará el problema desde todos los puntos de vista, científicos, educativos, sociales o de las organizaciones no gubernamentales que trabajan en el tema.
La diputada “popular” ha recordado que el consumo de alcohol a menores es un problema que se ha agravado en los últimos años, con jóvenes que empiezan a beber en grandes cantidades, sobre todo los fines de semana, a los 13,9 años y cuando se sabe que, entre los 14 y 18 años, un 80 por ciento de menores lo consumen.
Quintanilla ha considerado que, en este tema, hay que trabajar en la educación y en la prevención y en la búsqueda alternativas para el ocio joven en las que el alcohol no sea el elemento único.