Pregunta: Un nuevo año, Rafael Álvarez ‘El Brujo’ vuelve al Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. ¿Con qué se va a encontrar el espectador que durante estos tres días acuda a la Antigua Universidad Renacentista (AUREA) para disfrutar de El Lazarillo de Tormes y poemas, basada en la versión Fernando Fernán Gómez?
Respuesta: La versión de El Lazarillo de Tormes lleva en su haber el tiempo que le he dedicado al rodaje, que siempre es nuevo, porque nunca lo hago igual. Es decir, la obra no tiene nada que ver con lo que sería si la hubiese interpretado el año pasado o si la tuviera que hacer el año que viene. Nunca trabajo igual. Pero, evidentemente, el toque y el marco que le he dado a la presentación de El Lazarillo de Tormes en Almagro refleja el recuerdo de la figura de Fernando Fernán Gómez como adaptador, así como al recitado de un poema de su libro El canto es vuelo.
P: ¿Cuánto tiempo dedica Rafael Álvarez para preparar sus monólogos? ¿Le resulta muy complicado interpretar a varios personajes?
R: Sí, resulta complicado. Pero, al final, haces el trabajo ensayando mucho. Soy un actor que lee mucho, que trabaja mucho los textos a nivel teórico y que trata de inspirarse. Luego, la técnica se va adquiriendo con el tiempo. En mi caso ya llevo muchos años trabajando solo.
P. Finalmente, el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro ha podido celebrarse contra viento y marea, a pesar de la grave amenaza que representaba la Covid-19. Para usted, ¿Qué representa Almagro y su Festival?
R: Almagro es un marco importante. Sobre todo ahora que su director, Ignacio García, está proyectando la idea del Festival en la sociedad y en la prensa, desde su concepción y en su programación. Ignacio García ha hecho del Festival de Almagro una filosofía y una forma de entender el Siglo de Oro. Y todo ello viene porque conoce el Siglo de Oro, conoce los textos y es un director de Festival de Teatro culto y sabio en ese sentido. Por todo ello, ha sabido coger del Siglo de Oro algo que nos resulta válido hoy y que es muy provechoso, muy útil y muy atractivo, como es la esencia, el concepto y la filosofía del Siglo de Oro. Y de como esa filosofía puede aportar e iluminar el pensamiento de hoy en día.
P: Usted ya es un referente dentro del teatro español, pues lleva muchos años sobre las tablas y se ha forjado su propia figura. ¿Ha tenido Rafael Álvarez algún actor en el que fijarse a lo largo de su carrera? ¿Cuál ha sido el que más le ha influido?
R: Conocí personalmente a Fernando Fernán Gómez y para mí fue un hombre importante. Ya he hablado de su coherencia y de que fue un maestro y una persona íntegra, tanto en su actitud vital como en su relación con el mundo, con las personas y con las cosas. Y, sobre todo, en su relación consigo mismo.
P: Si hubiese podido nacer en otra época que no sea la actual, ¿en qué otra época le habría gustado vivir?
R: El Siglo de Oro es una época en la que me hubiera gustado vivir, pues la considero muy interesante, bonita y llena de mística.
P: ¿Cómo es el día a día en la vida de de Rafael Álvarez ‘El Brujo’ cuando tiene que interpretar una obra de teatro?
R: He de decir que cada día es distinto, pues viajo mucho, y unas veces los viajes son más cortos y otras veces más largos. Los actores estamos sometidos a esa dinámica de la ruta y de las giras. Pero, antes de actuar, siempre trato de aislarme un poco para salir al escenario habiendo borrado, en la medida de lo posible, lo que me ha sucedido durante el día. Y lo hago para salir fresco y nuevo, y para ofrecer lo mejor. Disfruto muchísimo con cada interpretación.

P: A Rafael Álvarez ‘El Brujo’, ¿le resulta muy complicado separar la figura del actor con la del personaje en la vida real?
R: Ya llevo muchos años sobre los escenarios y he de decir no me resulta complicado. Y lo voy haciendo de la manera más natural y sencilla. Todo surge con la naturalidad que proporcionan los años.
P: El oficio de actor es una profesión muy sacrificada, llena de sinsabores y, por qué no decirlo, en ocasiones de alguna que otra decepción. ¿Ha tenido que renunciar a algo en su vida Rafael Álvarez para ser actor?
R: Pienso que no he tenido que renunciar a nada, porque a lo que he renunciado es a aquellas cosas a las que quería renunciar, por lo que no me ha supuesto un gran sacrificio. He podido renunciar, por ejemplo, a estudiar una carrera de Derecho o a trabajar en una empresa. Pero eso era lo que no quería hacer. Y es que desde pequeño siempre he tenido claro que a mí lo que me gustaba era interpretar.
P: El hecho de que El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro siga vivo, aunque sea una versión más abreviada, ¿supone un motivo de satisfacción para un actor como usted?
R: Evidentemente. Estar en Almagro supone una gran alegría. Este año se ha suspendido algún festival, como el de Olmedo, que ya lo teníamos contratado. Pero hay otros que siguen, como el Festival de teatro de Mérida. Recientemente he trabajado en el Festival de Vinaròs, que dura todo el verano, y también en Huelva, donde había una programación en la Plaza de Toros basada en la cultura, el teatro y la música.
P: ¿Qué consejo le daría a esos jóvenes que están introduciéndose en el mundo de las artes escénicas y que sueñan con ser actores?
R: A los jóvenes actores les aconsejo que resistan. Y que si quieren dedicarse al teatro o a la interpretación, que luchen y peleen por ello si de verdad lo aman. En caso contrario, les diría que se busquen otra cosa. Porque si no amas esta profesión, no merece la pena, porque a lo largo de los años te llevas unos disgustos tremendos. Y es que, en ocasiones, te tienes que pelear con la incomprensión que hay hacia la cultura por parte de ciertas instituciones o de algunos políticos. Pero no hay que generalizar, pues sería muy injusto decirlo, ya que no todos son iguales. He conocido a concejales y concejalas de cultura, de todos los partidos, que merecen mucho la pena y que se preocupan por la cultura. Sin embargo, también hay gente a la que no le interesa nada de esto. Y cuando te topas con alguien así, es muy duro y complicado, porque tienes que lidiar con ello. Y resulta devastador.
P: ¿Con qué palabra definiría Rafael Álvarez lo que representa el Siglo de Oro y su relación con Almagro?
R: Con el humanismo. Para mí es lo importante del Siglo de Oro. Esa búsqueda de un sentido a la existencia que va más allá del cambio permanente al que estamos sometidos en este mundo de vaivenes permanentes. Esa trascendencia de lo infinito, de lo inmóvil, de la quietud frente a la permanente actividad. Ese norte y esa estrella polar de los grandes idealistas, místicos y humanistas del Siglo de Oro. Con todo eso me quedo.