Una vez superado el pico de la pandemia e iniciada la desescalada, toma especial relevancia en la lucha contra el Covid-19 adelantarse a su transmisión para facilitar con éxito el tránsito hacia la ‘nueva normalidad’. Con tal objetivo, desde el pasado 15 de mayo han empezado a funcionar en Castilla-La Mancha los equipos de diagnóstico precoz y rastreo de casos.
El proceso de rastreo comienza en el mismo momento en el que un paciente acude o llama a un centro de salud para comunicar que tiene síntomas de Covid. El médico de Atención Primaria atiende el caso y si lo considera sospechoso se le toma en el mismo centro de salud un frotis nasofaríngeo para un análisis PCR.
El facultativo de Primaria comunica el caso sospechoso al sistema habilitado para el control y arranca la intervención del equipo de rastreo, que en el Hospital General Universitario de Ciudad Real está formado a día de hoy por veinte profesionales de Enfermería, diez en el turno de mañana y diez en el turno de tarde, con la previsión de incrementar la plantilla para atender un volumen de trabajo que podría ir al alza con el avance de la desescalada.
Pilar Ramiro forma parte del equipo investigador. Recientemente ha finalizado la residencia de Enfermería Familiar y Comunitaria y, junto a otros tres residentes que concluyeron la especialidad, representan el “germen” sobre el que se inició este proyecto el 15 de marzo, formando a las enfermeras que poco a poco se van sumando al equipo.
Como relata Pilar, cuando el médico de Primaria comunica el caso sospechoso, reciben la notificación y contactan con el paciente, al que realizan una encuesta básica epidemiológica con datos como domicilio, código postal, trabajo, posible contacto que hubiera provocado el contagio por covid, entre otras cuestiones.
Red de contactos
El siguiente paso es esperar el resultado de la PCR, que llegará entre 24 y 48 horas después. “Si el análisis da negativo, finaliza el seguimiento por nuestra parte, pero si es positivo comenzamos con nuestra labor principal: localizar a su red de contactos”, explica la enfermera investigadora, que detalla que “llamamos de nuevo al paciente y le preguntamos por los contactos estrechos que ha mantenido desde los dos días antes de la aparición de síntomas o si no ha tenido síntomas, los dos días antes del diagnóstico con PCR”.
El protocolo bajo el que trabaja el equipo de rastreo considera contacto susceptible de haber sido contagiado a toda persona conviviente en la misma casa que el paciente con positivo, así como las personas que han mantenido durante más de quince minutos un contacto estrecho de menos de dos metros con esa persona.
Pilar agradece la disposición a colaborar de la inmensa mayoría de los contagiados y sus contactos, aunque hay ocasiones en las que los destinatarios de sus llamadas recelan de que de verdad sean enfermeras investigadoras de casos y temen que sea algún tipo de engaño. Del mismo modo, aunque sólo les ha ocurrido una vez, una paciente positiva no quiso facilitar sus contactos recientes porque no sabía con quién estaba hablando y no pudieron hacer nada. Este caso tuvieron que notificarlo a Salud Pública para que, mediante sus recursos, se pudiera solventar esta situación.
Aislamiento domiciliario
Cuando hablan con un contacto, el equipo investigador le informa de que ha estado cerca de una persona contagiada y le indican que ha de hacer un aislamiento domiciliario de catorce días. Obviamente el destinatario de la llamada pregunta quién es la persona con covid con la que ha estado, pero la normativa de protección de datos es confidencial y, además, facilitar el nombre podría originarle situaciones incómodas y perjudiciales que irían más allá de lo estrictamente sanitario.
Relata Pilar que por el momento la red de contactos de cada caso positivo es baja, en torno a las cinco-seis personas y la mayoría limitadas al entorno domiciliario, gracias a que con el confinamiento la cercanía física se ha reducido al máximo. En este sentido el reto del equipo de rastreo llega ahora con una desescalada que permite más movimiento y con unas terrazas que han abierto y se ven llenas. “Podría haber un aumento y trabajaremos para abordarlo; afortunadamente creo que el protocolo de detección ha comenzado en el momento clave”, subraya Pilar Ramiro.
Atención diaria
El equipo investigador se ha instalado en un aula formativa del Hospital de Ciudad Real. Cuando traspasas su puerta se asemeja a un ‘call center’, con una enfermera en cada puesto que contacta cada día con entre veinte y treinta personas entre casos sospechosos y contactos de confirmados. Cada una se encarga de distintos centros de salud con un cupo de más de mil pacientes. Por ejemplo, Pilar atiende los casos procedentes del Centro de Salud I de Ciudad Real y los centros de salud de Almagro y Calzada.
Afortunadamente, como relata la enfermera, la mayoría de los casos que están abordando finalizan en PCRs negativas y por el momento sólo se han detectado unos siete positivos con un perfil variado: desde unas niñas hasta mayores de sesenta años. Todos ellos leves, a los que se les recomienda que si se encuentran mal, especialmente con dificultad respiratoria, acudan con protección a Urgencias e informen de que son positivos por Covid-19.
En este sentido, Pilar explica que una vez que un paciente resulta positivo por coronavirus, el trabajo del equipo de rastreo finaliza su labor y es el médico de Atención Primaria quien hace un seguimiento de la evolución de la enfermo. “Entonces nos centramos en sus contactos, en localizarlos a todos y recomendarles que mantengan un aislamiento domiciliario y estén atentos ante el posible desarrollo de la enfermedad”, relata la enfermera, que subraya que “de esta manera evitamos que se transmita el virus, algo más fácil ahora con una desescalada en la que puede haber asintomáticos que sin querer lo propaguen”.
Seguimiento
El equipo de rastreo realiza un seguimiento de los contactos durante su aislamiento. Se les llama el primer día, el quinto, el noveno y el último, el decimocuarto, preguntándoles sobre su estado general, si han desarrollado síntomas, temperatura, entre otros datos que se remiten a Epidemiología. “Y si uno de ellos resulta positivo, sería volver a empezar, iniciar de nuevo ese círculo vicioso localizando sus contactos y solicitándoles que permanezcan en aislamiento”, explica Pilar.
Responsabilidad
Al respecto el equipo de rastreo apela a la responsabilidad de los ciudadanos para respetar el aislamiento, ya que no tienen capacidad para obligar a cumplir con la medida. “La mayoría son muy conscientes de la situación y han asumido el aislamiento y siguen las medidas recomendadas ya conocidas, como la higiene de manos, el lavado de la ropa a 60 grados, la desinfección de superficies y el permanecer, en la medida de sus posibilidades, sólo en un cuarto aislado”.
“Depende de nosotros y de nuestra responsabilidad acabar con el covid”, concluyen desde el equipo de investigación de casos de Ciudad Real.