El Consorcio de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) de Ciudad Real se plantea hacer “una campaña fuerte de concienciación”, mayor incluso que la de los últimos años, para fomentar el reciclaje de envases, con la colaboración de ‘influencer’ o personas con predicamento en redes sociales, reconocidas en sus pueblos para que “con algún video simpático animen a reciclar”.
Si el año pasado veinte institutos de enseñanza secundaria visitaron las plantas de tratamiento, e hicieron charlas en ciento tres colegios para fomentar el reciclaje, el pensamiento de este año es “darle un toque más personalizado con una serie de videos en los ayuntamientos más grandes, hay que seguir incidiendo en la recogida selectiva si queremos reducir la recogida en vertedero”, afirma el gerente José Manuel Labrador.
Los datos del RSU
El año pasado el Consorcio RSU recogió 170.000 toneladas de basura, un 3,5% más que el año anterior por el incremento de la recogida selectiva. La ratio es 1,28 kg por habitante al día. De esa cantidad se recuperaron 66.000 toneladas, un 40%, el resto ha ido a vertedero.
El plástico, como en todo el planeta, es el gran residuo reutilizable para reducir el enorme impacto que tiene en los mares. Una tarea compleja, puesto que mientras por un lado se incentivan las bolsas biodegradables y reutilizables en la compra, por otro se envasa en plástico hasta una manzana en los lineales de los supermercados.
En Ciudad Real, la zona RSU, está en 20 kilos de reciclaje de plásticos por habitante al año, “hay que seguir trabajando. En Almagro tenemos tres plantas de tratamiento, una de fracción resto, de basura en masa, otra de envases y otra de materia orgánica, la de envases opera al 40%”, remarca.
Que te paguen por reciclar envases
“La nueva ley de residuos, que recoge el nuevo impuesto, también plantea medidas para reciclar plásticos de primer uso, como obligar a los supermercados a recoger esos envases y pagar al consumidor por devolverlos”, comenta Labrador. Pero esto que parece sensato no es tan fácil de poner en práctica, “vale para grandes superficies y empresas con enormes márgenes de negocio, ¿pero qué hacemos con la tiendecita de pueblo?”, se pregunta el gerente.