La sección segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real sienta en el banquillo a dos promotores inmobiliarios de Daimiel, los hermanos Ramón y Pedro M., como responsables de la presunta apropiación indebida de más de 700.000 euros de pequeños ahorradores que compraron plazas de garaje y locales comerciales en el Residencial Alarcón, una malograda promoción urbanística de 2006-2008, en pleno apogeo de la burbuja inmobiliaria.
“Llevaban un tren de vida de multimillonarios”, ha dicho uno de los perjudicados este miércoles en el juicio. Como él, una veintena de afectados que pagaron a cuenta cantidades muy importantes por la reserva de inmuebles, creen que los acusados desviaron su dinero en su propio beneficio, en vez de a la promoción.
Supuestamente en los años en los que se paralizó la obra (mayo de 2008), los hermanos compraron coches de alta gama y uno de ellos se construyó un chalé de lujo en Ciudad Real. Detalles que no cuadran con que no hubiera dinero para seguir construyendo el residencial.
Una mujer entregó 198.000 euros
Por la Audiencia han pasado este miércoles una decena de afectados, entre ellos una mujer que entregó 198.000 euros en cheques y metálico a cambio de nada (más de doce años después sigue sin garajes y sin dinero). Otro testigo entregó 103.000 euros en dos pagos de unos 50.000 por la reserva de un local comercial en el que soñaba abrir una carnicería y dejar de pagar alquiler. Sigue esperando.
“Demostraron poca vergüenza”
Entre los perjudicados también está un tío de los acusados que pagó un adelanto, en su caso más modesto, por dos plazas de garaje, “demostraron poca vergüenza”, ha dicho. La mayoría de las entregas a cuenta se hicieron entre los años 2006 y 2007, pero también meses después de que se dejara de construir, en mayo de 2008.
El residencial se planteó entre los años 2005 y 2006. Los hermanos abordan a través de una sociedad la construcción de una urbanización de tres edificios con 39 viviendas, a construir en tres fases, con tres locales comerciales y muchas plazas de garaje. La primera se quedó casi hecha (81%) la segunda al 51% y la tercera se tuvo que suspender porque ya no había dinero.

La promoción se quedó casi hecha
Ellos, que declararon el martes en la primera sesión del juicio, se defienden alegando que la promoción se quedó prácticamente hecha, pero que les faltó financiación.
La fiscalía considera responsables de un delito de apropiación indebida a los dos hermanos, y pide cuatro años de prisión en el escrito de calificación provisional, a falta del ajuste que pueda hacer al final del juicio, dado los doce años transcurridos desde que se puso la querella, en 2009, y la celebración de la vista.
La acusación particular que ejercen algunos de los perjudicados acusa por varios delitos, entre ellos estafa y solicitan penas superiores a los cuatro años de cárcel. El juicio continúa este jueves.