La madre una niña de 4 años recién cumplidos que se accidentó el 31 de enero en el parque de bolas del restaurante de comida rápida Kentucky Fried Chicken (KFC) de Ciudad Real pondrá este domingo una reclamación, y se plantea demandar al local, por la falta de respuesta ante un accidente que potencialmente pudo ser grave, y del que no se ha hecho cargo –al menos hasta este sábado- ningún seguro.
“No quiero problemas ni busco dinero, pero estoy indignada por la falta de empatía y las mentiras de los responsables del restaurante”, explica la progenitora, Virginia Contreras, vecina de Villanueva de los Infantes donde vive con su marido y su hija.
Por casualidad (tenían consulta en Alergias del Hospital General de Ciudad Real) el viernes 31 de enero, hace justo quince días, su marido, ella y su hija fueron a comer al KFC de Ciudad Real, cercano al hospital. La niña (todavía de tres años) se metió a jugar al parque de bolas cuando de repente tropezó desde una pequeña altura y se dio de boca un golpazo contra un pico de plástico muy duro. “Sonó ‘crac’ y empezó a sangrar muchísimo y a chillar”.
Traumatismo facial
Con ayuda de otros clientes, nerviosos por la situación y la sangre -reconoce ahora la madre-, socorrieron a la niña y volvieron al hospital, del que salieron después con la menor, a la que le hicieron unas pequeñas curas y radiografías para descartar que no tenía traumatismo craneal, pero sí facial.
Regresaron al restaurante, preguntaron si tenían seguro y los empleados les pidieron los datos, supuestamente para dar parte. Y con esas volvieron a Villanueva de los Infantes. “Mi hija tenía la cara desfigurada y problemas para respirar. La primera noche no pegamos ojo, tampoco ella, porque le dolía muchísimo y no podía respirar”, recuerda. En general los dos días después del accidente “fueron angustiosos”, hasta la que la llevaron a su pediatra de referencia en Valdepeñas que descartó que hubiera hemorragia interna.
Como no les llama, se queja en las redes
Hasta ahí más o menos bien, la indignación viene cuando van pasando los días y nadie del establecimiento y el seguro les llama, “¿entonces para qué nos pidieron los datos?”, se preguntan.
Dolida y engañada utiliza las redes sociales para poner una mala valoración del establecimiento, “vamos, conté lo que me pasó”, y al día siguiente, una semana después del siniestro contacta con ella alguien de KFC España (al parecer le habían dado un toque a su franquiciado) pero no le resuelven nada. Es más, según la madre el día después de la conversación con KFC España la llamó el encargado del restaurante o responsable “y con muy malas formas me dijo que dejará de llamar a Kentucky España, que a ellos no les importaba mi hija”.
Más de 100 km para poner la reclamación
En estos últimos días Virginia ha mantenido diferentes conversaciones (telefónicas y por ‘email’ con la sección de marketing de KFC España), lo último que le han propuesto es venir a Ciudad Real y rellenar una hoja de reclamaciones en el establecimiento, “está claro que nos han mentido, que no tramitaron nada ni tenían intención de hacerlo”.
La novedad es que la empresa les ha ofrecido correr con los gastos de gasolina por tener que desplazarse desde Villanueva de los Infantes a Ciudad Real a tramitar la reclamación, “que podíamos haber presentado el mismo día que pasó todo”, insiste Contreras.
“Vamos a ir este domingo a Ciudad Real y llegaremos donde haga falta, reclamaremos y denunciaremos. No se puede tratar así a la gente, y más cuando se accidenta un niño tan pequeño”, recalca la madre.
Lanzadigital.com se ha puesto en contacto con el restaurante de comida rápida que por toda explicación dice que “el encargado se está ocupando del asunto”.