J.L.M.M., estafador multirreincidente de la comarca de Ciudad Real, ha renunciado a su abogado defensor este martes en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, minutos antes del inicio del juicio por la estafa de la fábrica de cristal triturado que tiene pendiente desde 2017, lo que ha provocado un nuevo aplazamiento de la vista, ahora sin fecha.
Es la segunda vez que pasa este año. En enero fue citado con el abogado del momento para una posible sentencia de conformidad, que no aceptó. Este martes todo estaba preparado para el inicio del juicio, con las presuntas víctimas, desplazadas desde Madrid, y él mismo que ha sido conducido por las fuerzas de seguridad desde una prisión de Sevilla, en la que cumple condena por otro asunto.
El desacuerdo con el letrado que lo asiste, minutos antes del inicio de la vista ante la sección segunda, ha obligado a aplazar de nuevo el juicio, aunque el magistrado le ha advertido que no se le permitirá hacerlo una vez más, puesto que el tribunal ya había tenido las suficientes consideraciones con su caso. Lo que no ha evitado la decisión de la sala es el malestar de los perjudicados, que es la segunda vez que vienen a Ciudad Real a este juicio.
Lo acusan de estafar 17.500 euros
La fiscalía de Ciudad Real acusa a J.L.M.M de estafar 17.500 euros a una empresa de Madrid, que lo contrató para que le instalase una planta industrial de vidrio manipulado para la fabricación de cristal triturado para depuradoras de piscinas.
La fiscalía pide 3 años de cárcel por un delito de estafa agravada con la agravante de reincidencia.
La fiscalía dice que tenía «un plan preconcebido»
En concreto se acusa a este hombre, con dos sociedades a su nombre en 2017 en Torralba de Calatrava, una de fabricación de maquinaria agraria y forestal y la otra agencia de seguros, de ejecutar “un plan preconcebido a sabiendas desde el principio del no cumplimiento de lo acordado, de manera engañosa, sin tener formación, conocimientos, infraestructura ni capacidad económica necesaria”, dice textualmente el escrito de acusación, para engañar a Petragarden Envasados, con la que firmó un contrato para montarle la planta para triturar vidrio por unos 53.000 euros.
Entre febrero y mayo la empresa adelantó dinero a modo de pago, sin embargo el acusado “nunca inició obra alguna ni construcción real de la planta”. Al principio reconoció el incumplimiento contractual y devolvió 9.000 euros entre junio y julio de 2017. Después supuestamente emitió cheques sin fondos, y hasta ahora.