Belén Rodríguez
Ciudad Real
La policía investiga el robo perpetrado hace unos días en la ermita de Alarcos, próxima al yacimiento arqueológico, en la que según el presidente de la Hermandad, Antonio Baptista, no hay vigilancia nocturna, ni tan siquiera videovigilancia desde que en septiembre de 2012 el Gobierno regional decidió cerrar la red dentro de las políticas de recortes presupuestarios.
Ahora el Ayuntamiento de Ciudad Real que gestiona el yacimiento mantiene un guarda en la zona pero en horario diurno, “ni por las noches ni los lunes que está cerrado hay alguien ahí, y nos preocupa lo desprotegido que está aquello, con todo el patrimonio”, señala Baptista.
Lo robado en sí no ha sido mucho. Las pocas monedas que hubiera en los lampadarios eléctricos (en invierno sube al cerro poca gente) y unos prismáticos del guarda municipal, pero ningún objeto litúrgico de valor como el cáliz o el copón de la sacristía “se ve que son difíciles de vender y sólo iban buscando dinero”.
Han actuado como en un robo anterior, denunciado poco ante de la romería del año pasado, en mayo. “Se han saltado la verja y han roto el candado del portón principal, por lo que se ve lo han cortado con alguna cizalla. Después entraron en la ermita y cortaron otros candados de los lampadarios y de una urna metálica. Esta vez sabían donde estaba el dinero”, refiere Baptista que en su opinión “son los mismos que la otra vez, porque han ido derechitos a donde estaba el dinero, sin llevarse nada más”.
Los daños si parecen más importantes. Al forzar la sacristía han roto la puerta de madera castellana y también han entrado al camarín de la Virgen, en el que revolvieron un poco pero no se llevaron nada (se guardan vestidos).
Al presidente de esta modesta hermandad “¡figúrese somos 310 hermanos y pagamos de cuota 6 euros al mes!”, dice, lo que más le preocupa no es lo que ha pasado ahora, sino lo que pueda pasar, “si les da por prender fuego imagínese la que se lía”, y cree que estaría bien colocar al menos videovigilancia si es que no hay presupuesto para mayores medidas de seguridad.
Baptista tiene previsto hablar con el jefe de Patrimonio el lunes o el martes para exponerle su preocupación y también pide a la ciudadanía que se sensibilice con el problema.
