La alcaldesa, Rosa Romero, presidió la primera reunión de coordinación del grupo especial de vigilancia y control de excrementos caninos en la vía pública, integrado por los concejales de Sostenibilidad y Seguridad y los técnicos y agentes de las citadas áreas. El Ayuntamiento ha dado un paso en firme para acabar con la mayor queja ciudadana de limpieza viaria, indicó Romero, que son los excrementos de perros, y para ello se ha creado un equipo de trabajo integrado por Policía Local y Sostenibilidad que ha marcado dos líneas de actuación a seguir: Incrementar la vigilancia en la calle, con más agentes de Policía Local observando estas conductas incívicas, y reforzando la vigilancia en zonas más sensibles como centros escolares y parques; y aumentar la cuantía de las sanciones, que hasta ahora eran de 100 euros y se van a incrementar hasta los 300 euros, pudiendo alcanzar los 3.000 euros en el caso de los reincidentes.
Romero lamentó tener que acudir a las multas por las conductas incívicas de unos pocos ciudadanos y resalto que el 70 por ciento de los propietarios de perros sí recogen sus excrementos.
La primer edil expuso que el Ayuntamiento hace grandes esfuerzos por mantener limpia la ciudad, con 90 trabajadores dedicados a estas labores, maquinaria de última generación, campañas de sensiblización y trabajo en colaboración con las ampas además de con una herramienta legal como es la ordenanza reguladora de tenencia de animales, pero es necesario dar una vuelta de tuerca más para que la ciudad esté más limpia y agradable para vecinos y visitantes.
Actualmente hay 10.000 perros censados en Ciudad Real y progresivamente, desde 2008, se ha multiplicado en un 300 por ciento el número de multas por no retirar los excrementos de la vía pública.
