Los roqueros de la provincia reivindicaron su “manera de vivir” al compás de la guitarra y la voz del inmortal Rosendo en el sábado de feria. Alrededor de 2.000 personas convirtieron La Pérgola de Manzanares en la capital manchega del rock.
Tras el anuncio de la retirada de Rosendo de los escenarios, el concierto prometía aglutinar a los seguidores de toda la zona, más en una tierra que tiene lazos de sangre con este roquero de pelo cano con cuarenta y cinco años de trayectoria en los escenarios.
Y así fue, gente de Ciudad Real, Valdepeñas, La Solana, Poblete y Piedrabuena corearon con devoción desde las once y media de la noche las canciones de esta leyenda del rock, capaz de aglutinar a un público intergeneracional, desde pequeños a mayores con camisetas de Leño.
Un concierto de grandes clásicos
‘Agradecido’, ‘Flojos de pantalón’ y ‘Masculino singular’ fueron algunas de las canciones más coreadas entre el público, que calentó motores con el punk rock de Konmozión Zerebral, de Corral de Calatrava. Entre clásicos del rock estatal, también hubo momento para la emotividad con la versión de ‘No dudaría’ de Antonio Flores.
Como no podía ser de otra forma, la gira ‘Mi tiempo, señorías’ da fe de la solidez musical de esta banda de solo tres personas, con Rafa al bajo y Mariano a la batería, que despierta todos los sentidos, muy pocos músicos en estos tiempos de bandas multitudinarias sin por ello desmerecer la calidad.
El diálogo con el público no destacó demasiado a lo largo de este concierto de hora y media, pero en el cierre Rosendo reconoció que estar en Manzanares había sido un placer. “Nos volveremos a ver, o quizás no. Yo que sé”, apostilló el músico de sesenta y cuatro años.