Las Lagunas de Ruidera, uno de los espacios naturales más visitados de Castilla-La Mancha, batieron el año pasado su récord de visitantes anuales, con cerca de 605.000 (la media está en medio millón).
La espectacular recuperación del nivel de las lagunas en primavera, tras varios años secos, tiraron de las visitas en 2018, que suponen en términos absolutos un notable incremento respecto a 2017 (446.531).
Pero los grandes números ocultan que de ese enorme volumen de gente, sólo 21.350 personas pasaron por el centro de recepción, un 3,5 por ciento del total, de un parque natural que intenta acentuar sus valores ambientales, más allá de los del baño veraniego y desestacionalizar las visitas.
“Es lamentable que en agosto no puedas dar ni un paso por el parque los fines de semana y buena parte del año las lagunas estén semivacías, con los enormes valores ambientales que atesoran”, explica Carmen Delgado, presidenta de la junta rectora del parque.
Plan de Mejora para desestacionalizar las visitas
Con ese objetivo en la cabeza empieza a tomar forma el Plan de Mejora Integral diseñado por el Gobierno de Castilla-La Mancha con el apoyo de las diputaciones de Ciudad Real y Albacete. Lo inmediato son las obras de construcción de un nuevo centro de recepción de visitantes en pleno corazón del parque, en el antiguo albergue Alonso Quijano. Una obra presupuestada en unos 600.000 euros que “está a punto”, asegura Delgado.
El nuevo centro de interpretación será “un sitio digno en el que se pueda explicar el parque y se puedan programar otras actividades y usos, al margen de la recepción”. En principio se parte de la idea que este nuevo espacio pueda coexistir con el actual, aunque está por decidir.
Las mejoras en las carretera de las Lagunas, entre Ruidera y Ossa de Montiel, “se empezará a ejecutar en breve. La Junta está en permanente contacto con las diputaciones”.
Fuera coches aparcados en la carretera
La carretera no se ensancha, pero se actuará para devolver la posibilidad del paseo y el senderismo. “No se ensancha ni se impide el tráfico, lo que no se va a permitir [no habrá espacio físico] es que la gente aparque en los márgenes de cualquier manera, no solo por el impacto ambiental, sino porque supone un peligro muy grande para una eventual evacuación”. Además la carretera dispondrá de dos carriles bicis de ida y vuelta, se estrecha, y no se podrá circular a mucha velocidad.
Sacar los coches del parque
Sacar los vehículos particulares del parque, o al menos el mayor número posible, es otro reto a medio plazo. El año pasado abrió un nuevo aparcamiento público frente a la laguna Salvadora, de titularidad del Ayuntamiento de Ossa de Montiel y algo parecido se quiere hacer en Ruidera. “Tenemos en proyecto comprar otra parcela al lado del cementerio de Ruidera para adecuarla como aparcamiento”.
“Tenemos que conseguir cambiar la mentalidad: no se puede ir en coche a todos lados. Las Lagunas son un parque natural, hay que acostumbrarse a dejar el coche en una zona y desplazares a pie. No tenemos por qué aparcar en el mismo sitio en el que nos vamos a bañar, en el parque hay muchos senderos accesibles a pie”.
Restricciones, como en otros parques
“En todos los espacios protegidos de España vemos restricciones mucho mayores, nadie piensa aparcar al lado de los Lagos de Covadonga. En Ruidera sigue faltando el sentimiento de que esto no es una piscina pública”. “No se trata de que haya menos visitantes, sino que la visita tenga más calidad. Este parque natural es uno de los más maravillosos de la región, lo tenemos que proteger y tenemos que organizar el turismo un poco mejor”, recalca la presidenta de la junta rectora.
Nueva cartelería
En los últimos meses –el grueso de la actuación se hizo en primavera- la dirección de las Lagunas de Ruidera ha renovado y unificado la cartelería pública y privada, ahora más integrada en el espacio.
Y mientras estas obras van tomando forma Carmen Delgado invita a visitar Ruidera en invierno. “El parque es recomendable en cualquier época, pero estos estos días de invierno, que ya no son tan cortos, pasear y disfrutar de las visitas guiadas o actividades que proponen las empresas de la zona, sin la masificación de visitantes del verano, es estupendo”.