Samuel Moraleda se estrenó en agosto como presidente de la Confederación Hidrográfica con una crisis sin precedentes por camalote en la cuenca media (Badajoz), algo más encauza en vísperas de un invierno en el que en la cuenca alta del río, la de Ciudad Real, se vuelve a discutir de lo mismo: el agua para unos riegos que dependen sobre todo de las sobreexplotadas masas de agua del acuífero 23, divididas ahora en Mancha Occidental I y II y Rus-Valdelobos.
Moraleda, que en esta entrevista repasa los principales asuntos pendientes, no vislumbra reducciones “drásticas” para la próxima campaña, pero hace hincapié en que tarde temprano llegarán unas restricciones que son la única garantía de que las explotaciones agrarias sean sostenibles. Y ya vamos tarde. Muchas partes de los acuíferos manchegos no conseguirán ese equilibrio ni en el año 2027, último límite de la planificación hidrológica.
Pregunta.- ¿Cómo ha sido asumir la presidencia de la Confederación Hidrográfica del Guadiana de una manera tan rápida?
Respuesta.- Fue totalmente inesperado pero el ejercicio de la presidencia para mí está siendo una experiencia importante y un reto personal y profesional que afronto con muchísima ilusión.
P.- En el año hidrológico 2017-2018 hemos pasado del infierno al cielo en cuestión de meses, ¿qué balance que hace la Confederación en la cuenca alta?
R.- Ha culminado muy bien. A mediados de febrero teníamos una situación hidrológica extrema, incluso con riesgo de desabastecimiento y con los embalses al 18% de capacidad que prácticamente impedían la campaña de riego de las zonas oficiales. Las lluvias de marzo nos permitieron incrementarla pasando al 53% de agua embalsada, con más de 200 hectómetros lo que permitió desarrollar una última campaña con normalidad.
P.- ¿Hemos superado la sequía de los cuatro años hidrológicos anteriores?
R.- El comienzo del año hidrológico no ha podido ser mejor. En la zona centro estamos en torno a 90 litros por metro cuadrado de lluvias en octubre que nos invitan a un cierto optimismo, aunque de cara a la recarga del acuífero no hay una escorrentía de aguas superficiales que permitan el llenado de embalses. Ahora estamos en una situación de normalidad, a la espera de recibir más lluvias, por supuesto el abastecimiento a población está garantizado.
La campaña de riegos 2019
P.- Esta semana se han celebrado las principales juntas de explotación de los usuarios de las masas de agua subterráneas, ¿cómo será la campaña de riegos venidera?
R.- No es previsible que haya reducciones drásticas en cuanto al riego en aguas subterráneas, en la mayoría de los casos se elevará a la junta de gobierno la propuesta de prorrogar las dotaciones de la campaña anterior. Y en aguas superficiales veremos cómo evolucionan los embalses para determinar si hay restricciones o no.
Revisar la declaración de sobreexplotación: No
P.- La histórica dirigente de los regantes Araceli Olmedo decía en una entrevista reciente que la situación del acuífero 23 y las masas de agua en las que se ha dividido es tan buena que la CHG debería plantearse revisar la declaración de sobreexplotación, ¿cree que hay base para tomar una decisión como esa?
R.– Ahora que estamos abordando el tercer ciclo de planificación hidrológica (2021-2027) es el momento de hacer ese tipo de alegaciones. En la caracterización futura de la cuenca se tendrá en cuenta el estado de las distintas masas de agua, y si hay que hacer algo adicional lo haremos. La realidad es que los últimos cuatro años han significado descensos muy importantes en los niveles piezométricos de esas tres masas. Le doy un dato, a pesar que el año hidrológico no ha sido tan malo particularmente en Rus-Valdelobos y Mancha Occidental II se ha producido un descenso en torno a un metro del nivel piezométrico.
En Mancha Occidental I algo menos, pero teniendo en cuenta el año hidrológico que hemos tenido no es para intentar eliminar la declaración de sobreexplotación que garantiza que se puedan tomar medidas que coadyuven a mejorar esa situación. Esas masas siguen teniendo un estado cuantitativo y cualitativo en riesgo, que dificulta cumplir los objetivos ambientales de cara a 2027, de hecho somos conscientes que algunas ni siquiera entonces los alcanzarán. Levantar la declaración de sobreexplotación me parece una medida muy prematura.
P.- ¿Pero el objetivo para conseguir la sostenibilidad de las masas de agua subterránea no era 2021?
R.- Se van prorrogando. No es previsible que lo consigamos en esa fecha. En alguna de las masas es posible que lleguemos a la recuperación pero en otras habrá que superar ese plazo y en lo que se refiere al mal estado cualitativo por la contaminación por nitratos parece complicado, sobre todo en Mancha Occidental I.
Contaminación por nitratos
P.- ¿En qué masa de agua hay más contaminación por nitratos, hay grandes diferencias?
R.– En Mancha Occidental I [entorno de Daimiel]. En muchos de los puntos se está superando la limitación de 50 miligramos por litro. Es un dato preocupante porque en la calificación del estado cualitativo uno de los parámetros es ese, y lo superamos con creces.
P.- ¿Y cómo se puede atajar el problema de la contaminación por nitratos?
R.- Con una política de buenas prácticas agrarias para eliminar la dosificación masiva de abonos en la aplicación de las zonas regables.
P.- Pero entiendo que no es competencia de la Confederación del Guadiana, ¿o sí?
R.- Es competencia de la comunidad autónoma. En el ámbito de las competencias de cada organismo se tendrán que tomar medidas, de hecho nuestro plan hidrológico de cuenca contempla medidas que incluyen el control de la contaminación difusa.
P- ¿Por lo que me está contando cuál es el mayor problema ambiental en la cuenca alta del Guadiana, la contaminación por nitratos o la falta de agua?
R.-Sobre todo el déficit hídrico, la reducción de los niveles piezométricos (aguas subterráneas) que ha hecho que haya una desconexión hídrica entre aguas subterráneas y aguas superficiales. Esto es claramente visible en humedales como el parque nacional de las Tablas.
P.- ¿Ha sido demasiado permisiva la Confederación del Guadiana en estos últimos cuatro años de sequía manteniendo los consumos sin imponer ninguna restricción?
R.- No quiero valorar las decisiones que se toman en las juntas de explotación que luego son aprobadas por la junta de gobierno. Es muy complicado llegar a ese equilibrio entre necesidades de los cultivos y necesidades ambientales, tarde o temprano las restricciones en las dotaciones tendrán que llegar porque tenemos que cubrir esos objetivos.
P.- ¿A qué se enfrenta España si no logra recuperar la sostenibilidad de las aguas subterráneas?
R.– Evidentemente habrá una carta de emplazamiento que nos ponga en orden como nos ha pasado con la depuración de aguas residuales. Las limitaciones llegarán en su momento, alguien tendrá que tomar la decisión de reducir las dotaciones y las extracciones, porque no llegamos a la sostenibilidad. Es importante garantizar el futuro de las explotaciones agrarias pero también la existencia de recursos hídricos y de demandas ambientales, una cosa sin la otra no es compatible.
Plan Especial e intercambio de derechos
P.- Desde que se derogó el Plan Especial del Alto Guadiana en 2012 no dejamos de hablar de la regularización de los pozos de las explotaciones prioritarias, ¿cuándo se hará definitivamente?
R.- Antes que nada quiero aclarar que el Plan del Alto Guadiana no está derogado, otra cosa es que no tenga dotación presupuestaria, pero sí una normativa muy potente que puede ayudar a la gestión de las aguas subterráneas
P.- ¿Me está diciendo que como va a solicitar que se reactive el plan?
R.-Dada la situación de los Presupuestos Generales no parece el momento más oportuno para lanzar esta posibilidad, pero hay herramientas normativas que pueden ayudar mucho a la gestión.
P.- ¿Algún ejemplo de medidas que se puedan aplicar sin presupuesto?
R.- La disposición adicional decimocuarta de la Ley de Aguas, que no es más que una normativa específica para los aprovechamientos del alto Guadiana que nace al amparo de la vigencia del Plan Especial del Alto Guadiana y permite la regularización de determinadas explotaciones o el incremento de la superficie regable a costa de la adquisición de derechos de otros usuarios, vía concesión administrativa.
P.- ¿Y este intercambio de derechos se puede hacer sin presupuesto adicional?
R.- Bueno algo debemos tener aunque sean recursos propios porque todo ello requiere un apoyo externo a la tramitación del organismo de cuenca, aquí somos muy pocos funcionarios y es difícil resolver tantísimos expedientes. Desde el 27 de noviembre están colgadas en nuestra página web (www.chguadiana.es) las instrucciones para proceder a la regularización de los aprovechamientos de esta disposición adicional decimocuarta, para las explotaciones prioritarias y otras que tengan una situación similar de irregularidad.
Regularización de pozos
P.- ¿Cuántos expedientes de agricultores que piden derechos de riego quedan por resolver?
R.- Las cifras son cambiantes, tampoco es tan extraordinaria sin la comparamos con el número total de aprovechamientos. A la primera convocatoria se presentaron 8.181 solicitudes, 5.548 de cultivos leñosos, de las que se resolvieron 4.426. En cuanto a explotaciones prioritarias [que se dedican a la agricultura como actividad principal] se presentaron 2.633, de las que 1.648 cumplían las condiciones de convocatoria, pero no sé resolvieron por falta de derechos disponibles en el centro de intercambio.
Que los usuarios se acojan a la regularización
P.- En abril su antecesor en el cargo dijo que había una solución medio encajada, ¿en qué consiste?
R.- Yo esa solución inminente no la llegué a ver. Lo que sí hemos hecho ahora, a través de reuniones con las comunidades de usuarios, es ver la posibilidad de proceder y animar a los usuarios que no terminan de regularizar sus derechos a que lo hagan con la normativa vigente que es el Plan Hidrológico de Cuenca (artículo 27.6) y luego los procesos de regularización que contempla la disposición adicional decimocuarta. Hasta ahora había habido solicitudes pero no se habían tramitado porque dependían de los planes de actuación. Desde finales de diciembre de 2017 están aprobados y lo que queremos es poner en marcha esa medida que nace en 2012 en el real decreto ley de medidas ambientales, que permite determinadas actuaciones entre concesionarios y no concesionarios para regular derechos y reordenarlos.
P.- ¿Se necesita personal adicional para resolver todo ese papeleo?
R.- Lo tenemos todo en marcha pero necesitamos apoyo externo para que ese aspecto de la tramitación culmine lo antes posible.
P.- ¿Y esto depende exclusivamente de la Confederación del Guadiana o también del Gobierno de Castilla-La Mancha?
R.- Con el Gobierno autonómico hay una colaboración estrecha en lo que respecta a los informes ambientales que necesitamos en el proceso de regularización. Ellos tienen conocimiento del aspecto en el que estamos trabajando y ya es cuestión de que los usuarios que estén en esta situación decidan hacer esta solicitud.
Las Tablas de Daimiel y la batería de sondeos
P.- El director de las Tablas de Daimiel ha advertido este otoño que podría secarse, a pesar de que no ha sido un año hidrológico malo, ¿cómo ve la Confederación la situación?
R.– Somos conscientes del riesgo en el que se encuentran. Actualmente no hay aportaciones externas ni del río Cigüela ni del Guadiana, es verdad que la dirección del parque puede solicitar al organismo de cuenca una autorización especial para que podamos extraer agua del acuífero a través de la batería de sondeos que se hicieron cuando la sequía de 2009, y que nunca se han llegado a usar. Tenemos una reserva estratégica de agua para este uso ambiental de hasta 10 hectómetros cúbicos.
Tubería a la Llanura Manchega
P.- ¿La llamada Tubería de la Llanura Manchega está preparada para funcionar, queda alguna obra pendiente por acometer?
R.- Está construido el eje principal, el ramal nororiental y un pequeño ramal para pueblos limítrofes con el trasvase Tajo-Segura que puede servir a una población de hasta 120.000 habitantes. Pero no sólo está la obra, sino el sistema de válvulas, bombeo, embalse de regulación, toma del canal e incluso la potabilizadora. Ahora mismo estaríamos en condiciones de servir agua a esos 120.000 habitantes, hemos tenido conversaciones con la Junta para que esto sea una realidad pero no está en explotación.
P.- ¿Pero estamos hablando de agua del trasvase Tajo-Segura?
R.- Sí, como se ha tomado en otras ocasiones. Hay una reserva hídrica de 50 hectómetros cúbicos para las necesidades del Guadiana, de hecho se hicieron algunos trasvases para las Tablas de Daimiel, esta infraestructura está pensada para garantiza el abastecimiento de esas poblaciones manchegas que se abastecen de agua subterránea. Hay que tener en cuenta que la calidad del agua de nuestros acuíferos, con la cantidad de nitratos y otros componentes, puede ser perjudicial, por lo que es interesante la búsqueda de otra fuente alternativa de abastecimiento. La tubería está lista para abastecer, habría que mejorar algún aspecto de la potabilizadora, posiblemente haya que actualizar algo, pero sería mínimo para poner en marcha este aprovechamiento.
Cambio climático
P.- ¿La CHG dispone de planes propios de adaptación al cambio climático?
R.- La herramienta fundamental es el plan de cuenca con unas previsiones a futuro de menos recursos como consecuencia del cambio climático. Se prevén unas reducciones a la largo de los diferentes procesos de planificación.
P.- ¿Quiere decir que en esa planificación futura hay intención de reducir los 200 hectómetros cúbicos de los que disponen los usuarios de aguas subterráneas?
R.- Vamos a ver cómo evoluciona el recurso disponible, si es menor tenemos que adaptarnos. Es previsible que como consecuencia del cambio climático haya que hacerlo. El futuro pasa por esa gestión, una sobreexplotación de los niveles acuíferos acabará no solo con el medio natural asociado a las aguas subterráneas, sino con las propias explotaciones. De hecho cuando han descendido tan drásticamente los niveles muchas explotaciones han tenido que volver a profundizar los sondeos. A raíz de las lluvias y la gestión a partir de 2010 se produjo una recuperación de los niveles que nos puso casi a altura de los años ochenta, pero superada esa cúspide ha habido descensos generalizados.
Debemos cuidar más el recurso del agua subterránea haciendo una gestión más eficaz, no todo el mundo tiene garantizados 200 hectómetros cúbicos de agua todos los años, aquí lo podemos hacer porque tenemos una gran regulación y podemos hacer campañas diferentes para un año sacar un poco más o menos, de tal manera que haya una sostenibilidad a medio plazo