La lluvia marcó los actos finales de la fiesta de San Isidro en La Solana, hasta tal punto que la procesión del domingo quedó deslucida y la hermandad no pudo estrenar la remozada carroza para la procesión de vuelta.
En la tarde del sábado, la imagen de San Isidro era trasladada desde la parroquia de Santa Catalina hasta su ermita, acompañada por numerosos tractores.
La mañana del domingo comenzó con la celebración de la misa y continuó con diferentes concursos, así como la puja de objetos donados al santo.
A la hora de volver la imagen a La Solana comenzó la lluvia, por lo que la imagen tuvo que protegerse con un plástico para el retorno a la ermita, sin acompañamiento musical y a paso ligero, acompañada por los paraguas.