Las cabañuelas eran el método que utilizaba la gente del campo en el pasado para pronosticar el tiempo que iba hacer al año siguiente, fuera de partes meteorológicos y predicciones científicas. Según el cálculo de los doce primeros días de agosto, las características de temperatura, humedad o viento que tenga este domingo, 13 de agosto, servirán para realizar el cómputo global de 2018.
El ciudarrealeño Santiago Heredia es uno de los “cabañuelistas” que conservan hoy en día en la provincia esta tradición popular y, contra todo pronóstico desde el punto de vista científico, acierta. Su margen de efectividad está entre el 75 y el 80 por ciento, y entre sus grandes logros está haber previsto que este 2017 iba a nevar en la primera quincena de febrero en el Campo de Montiel.
Lejos de ser un “hombre de campo” o de proceder de una familia experta en estas lides, Santiago Heredia comenzó a estudiar las cabañuelas hace unos 27 años, junto a una prima que sufría un cáncer terminal, para pasar el rato. Desde entonces no ha parado de hacer sus pronósticos y desde 2000 sus datos están constatados.
La temperatura, la presión o las precipitaciones que hay los trece primeros días de agosto sirven al experto para hacer el cómputo anual. “El día 1 se corresponde con enero, el 2 con febrero y así sucesivamente”, explica Santiago, que añade que el día 13 representa el año en su totalidad y por lo tanto “es el más importante”.
Los “cabañuelistas” eran los pastores y algunos tenían en cuenta los ciclos lunares
La interpretación de las cabañuelas basada en los trece primeros días de agosto no es el único método y algunos expertos prefieren estudiarlas durante todo el mes, con las “retorneras” que tienen lugar en la segunda quincena, o incluso a partir de los ciclos lunares y la situación de los astros.
Para llegar al origen de las cabañuelas, que tienen presencia en casi todo el mundo a través de diferentes fórmulas, hay que acudir a las costumbres de los agricultores. Santiago Heredia explica que “antes los pastores estaban en el campo de sol a sol con las ovejas y, como sólo tenían el bastón para apoyarse, a partir de la observación del tiempo eran capaces de predecir lo que iba a hacer al día o incluso al año siguiente”.
Santiago Heredia anota hasta el movimiento de los pájaros
Con la libreta en la mano desde buena mañana, Santiago Heredia ha centrado sus últimos días en anotar todas las situaciones ambientales hasta la llegada de la noche. El ciudarrealeño comenta que durante todo el día apunta la intensidad del viento, de dónde viene, las precipitaciones, la humedad y hasta los movimientos de los pájaros.
Las temperaturas este domingo en Ciudad Real oscilarán entre los 26 y los 35 grados, habrá casi ausencia de viento del noreste y ninguna precipitación. A partir de estos parámetros y la observación ‘in situ’, Santiago Heredia saca sus propias conclusiones.
Lejos de permanecer en la ciudad y tener que interpretar “asomado al balcón”, Santiago, que reconoce que puede haber heredado este “don” para predecir el tiempo de su abuela, que era un poco “bruja”, acude a un chalecito que tiene a tres kilómetros de Ciudad Real, donde contrasta datos a partir de tablas que él mismo ha elaborado a lo largo de los años.
Agricultores, cooperativas, hoteles y cofradías de Semana Santa han sido tradicionalmente los principales receptores de la interpretación de Santiago Heredia, que en sus inicios repartía unas cuantas fotocopias entre amigos y conocidos, pero cuyos “partes” llegan hoy a miles de personas.
Santiago Heredia llega a miles de personas en un radio de 150 kilómetros
Así pues, con una efectividad de 150 kilómetros a la redonda, el perfil web del “cabañuelista” contabiliza en la actualidad alrededor de 300.000 visitas y el año pasado la Diputación provincial repartió 1.800 dípticos con sus predicciones.
Santiago Heredia dice que “las cabañuelas no son una ciencia exacta, pero tampoco las predicciones de las estaciones meteorológicas” y, a pesar de la usencia total de sentido científico, lo cierto es que este ciudarrealeño contribuye al mantenimiento de una tradición ligada a las raíces locales.
Para saber las de 2018, a punto de terminar, habrá que esperar a la semana que viene, una vez contrastados todos los datos, y ya sólo tendrá que llegar al año venidero para comprobar que las predicciones de nuevo se han cumplido, ya sea por casualidad, superstición o porque este hombre es todo un visionario de los cielos. De momento, Santiago Heredia recuerda que, según las cabañuelas del año pasado, hasta finales del mes de octubre el tiempo regalará pocas gotas de agua a esta tierra manchega.
