La justicia se toma su tiempo pero al final es implacable. Es lo que parece haber ocurrido en este ‘timo del nazareno’, supuestamente perpetrado desde Manzanares- Villarta de San Juan hace veinticinco años, con una falsa empresa de embutidos que de Murcia en 1996 cambió su domicilio social a Villarta en 1998. El caso lo intenta juzgar a partir de este lunes 23 de mayo la sección primera de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, tras otro intento fallido este invierno (un caso de covid obligó a la suspensión).
Siete acusados en edad de jubilación
La acusación se dirige contra siete personas, algunos con antecedentes y todos en edad de jubilación, acusados de delitos de estafa y falsedad documental a decenas de empresas a las que compraron productos que no pagaron. Se calcula lo defraudado en unos 380.000 euros.
Sede en Villarta, oficinas en Manzanares
Con sede social en Villarta de San Juan y oficinas en Manzanares en 1998 esta empresa dio según la fiscalía un timo del nazareno clásico. Se suele usar este timo contra empresas proveedoras (como en este caso) que suministran productos que sean fáciles de revender en el mercado negro en este caso productos cárnicos, bebidas alcohólicas, e incluso vehículos de alquiler para la empresa.
El ‘nazareno’ por la procesión de acreedores
El timo se llama ‘del nazareno’ por la procesión de acreedores que acuden desesperados a las instalaciones del estafador, vacías y abandonadas, para reclamar el pago de sus facturas y averiguar qué ha sucedido con sus mercancías.
El timador (conocido como el nazareno) se gana primero la confianza de la empresa proveedora haciendo algunos pequeños pedidos que paga rápidamente. Para generar la confianza ofrece como fachada una empresa de apariencia solvente, de la que aporta todos los documentos necesarios falsificados, presentándose con trajes impecables, un coche caro, etc.
Una vez que la víctima denuncia, nunca sabe realmente los datos del timador, ya que la empresa está a nombre de unos testaferros u “hombres de paja”, que son insolventes y a los que no se les puede pedir responsabilidades y el verdadero timador y cabeza de la trama no se sabe quién es.
Es lo que parece que ha ocurrido en este caso, de ahí que se haya tardado tanto en abrir juicio tras unas diligencias abiertas en 1998 que no se transformaron en procedimiento abreviado hasta 2006 en los juzgados de Manzanares.
Una sociedad, tres nombres
Los siete acusados en este proceso se enfrentan a penas de entre cuatro años y nueve meses y tres años de cárcel. La sociedad ha operado con varios nombres, Eurocarnicas, United Insurance Group y Jed Worl Trade.