A mediados de este mes de abril la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) inicia una nueva temporada de trabajo de campo de varios programas de seguimiento de aves, y hace un llamamiento a la población de Castilla-La Mancha para colaborar, tal y como vienen haciendo todos los años.
“Toda la recopilación de datos sería imposible sin el trabajo desinteresado de las más de 1.000 personas que cada año participan en nuestros programas de seguimiento”, reconoce Virginia Escandell, técnica de Ciencia Ciudadana de SEO/BirdLife en un comunicado en el que dice que “aún somos pocos” y explica que faltan muchos datos de comunidades autónomas tan ricas en biodiversidad como Castilla-La Mancha, La Rioja, Aragón, Asturias, Baleares o Galicia.
Las aves, un indicador del estado de los ecosistemas
¿Qué pasaría si nadie se parara a contar las aves que nos rodean?, señala la organización, que explica que los pájaros son un excelente indicador de la conservación de los ecosistemas y de la buena salud del entorno. La Unión Europea considera el estado de las poblaciones silvestres de aves como un índice de la calidad de vida en Europa y su conservación pasa por saber cuántas hay y cómo evolucionan sus poblaciones a lo largo del tiempo para poder conservarlas.
Y ponen un ejemplo práctico, “si sabemos que el alcaudón real, la calandria común o la codorniz se encuentran en situación muy desfavorable es gracias a las más de 1.000 personas que todos los años salen al campo en estas fechas de forma voluntaria dispuestas a dedicar su tiempo libre a contar estas y otras muchas especies de aves que se encuentran en nuestros campos y ciudades”.
El seguimiento de las poblaciones de aves comunes en primavera en el campo (Sacre) y en la ciudad (Sacre Urbano) que desarrolla SEO/BirdLife ha sido uno de los trabajos que ha permitido obtener información inédita hasta ahora en nuestro país y que puede determinar, gracias a 20 años de trabajo, una nueva etapa en el conocimiento del estado de conservación de todas nuestras especies de aves; especialmente de aquellas de las que hasta ahora no conocíamos el único factor clave que puede establecer su estado de conservación: la evolución de su población.
La organización quiere más colaboradores
No solamente comienza el Sacre, también se inicia el programa Noctua para saber cómo se encuentran las aves nocturnas. Se trata de identificar las aves nocturnas en esta época del año como los autillos, los mochuelos, las lechuzas (Ave del Año 2018) y los chotacabras; un total de 9 especies en nuestro país que identificaremos casi todas por sus cantos, y anotaremos donde se encuentran. No se requiere grandes conocimientos sobre aves, de hecho se puede hacer en grupo o en familia y disfrutar de una salida al campo nocturno en primavera.