Lanza/ Ciudad Real
La Comunidad de Usuarios del Acuífero 23 de Daimiel celebró el domingo la Asamblea General en la que aprobó las cuentas del ejercicio pasado y el presupuesto del que está en ciernes. También, un informe de la relación de las actividades emprendidas por este colectivo en 2015 y un breve análisis de la evolución del nivel piezométrico de los distintos puntos de control del agua.
Una asamblea que estuvo presidida por Jesús Pozuelo, en cuya mesa, el secretario de la entidad, Fernando Garzás, la asesora jurídica de la comunidad, Isabel Villaseñor, el tesorero, Basilio Menor, y otros miembros de la junta directiva. Para la ocasión también asistió el alcalde, Leopoldo Sierra.
Uno de los principales puntos fue el informe del presidente, en el que Pozuelo explicó a los regantes daimieleños que, tras comenzar los trámites de constitución de la nueva Comunidad de usuarios de Mancha Occidental I el pasado 13 de diciembre, donde se integra la actual comunidad de regantes daimieleña, “actualmente nos encontramos inmersos en la formación de una comisión redactora de los estatutos de la nueva comunidad”.
Un trámite “no tan sencillo y con el que queremos ir con paso firme, ya que entre algunos de los representantes que se postularon para tal cometido hay 8 personas que se erigieron en representantes de municipios en los que no tienen ningún aprovechamiento del agua, por lo que ya nos hemos dirigido a esas comunidades para que nombren a un representante de manera correcta”.
Este hecho está retrasando los primeros pasos de la nueva comunidad de masa de agua, pero que Pozuelo esperaba que este proceso no se prolongue en más de 10 días. Por otro lado, el presidente de la comunidad de regantes con epicentro en Daimiel explicaba que, además de ser uno de los entes convocantes de la nueva comunidad, continúan con su deseo de mantener la actual sede en Daimiel, “ya que nuestro municipio supone el 33% del total de la superficie regable de la masa Mancha Occidental I”.
Por último, Pozuelo también informó, como en otras ocasiones, que con este cambio de comunidad “los regantes asumirán más responsabilidades, pero también más competencias y una mayor autonomía y flexibilidad en el uso del agua que le corresponde a cada uno”, concluía en su análisis.
