Más de 300 daimieleños se han confirmado en este 2017 gracias a la pastoral de adultos que realizan desde hace varios años las parroquias de Santa María y San Pedro. El párroco de esta última, Eulalio Asensio, destacó este aspecto cómo uno de los más positivos de la Iglesia en Daimiel, ya que “muchas familias que se habían alejado de Dios y de la fe” están retomando el contacto con sus creencias. “Aunque al principio puedan hacerlo para ser padrinos de bautizo, después les gusta”, y eso es “en gran parte por la labor de los 40 catequistas que les acompañan”, remarcó.
El “desafío” es que esa respuesta también se encuentre entre los jóvenes, reconoció Asensio. “No están descuidados, pero es cierto que cuesta llegar a ellos”, añadió. En este punto, el párroco de San Pedro también señaló el “declive” de las bodas católicas en el municipio. “En los últimos 12 años, desde que yo llegué a Daimiel, hemos pasado tener de más cien matrimonios y dos cursillos prematrimoniales al año, a tener solo un cursillo con unas 40 parejas”, relató.
Para Asensio éste es otro aspecto en el que la Iglesia tiene un reto y que, a su juicio, tiene que ver con el que en la actualidad “el para siempre, da mucho miedo”. No obstante, siguiendo las recomendaciones del Papa Francisco sobre los divorciados, Asensio señaló que “la Iglesia tiene que amar y comprender, y no rechazar”.
A su labor pastoral en el municipio, Eulalio Asensio ha sumado desde hace dos meses el cargo de arcipreste de Mancha Oeste, una de las demarcaciones en las que se divide la Diócesis de Ciudad Real y en la que se encuentran las parroquias de Daimiel, Malagón, Fuente el Fresno, Fernán Caballero, Arenas de San Juan, Las Labores, Villarta y Villarrubia de los Ojos. Una responsabilidad en la que se busca la coordinación de la acción pastoral dentro de la programación diocesana de cada curso. “Se trata de que no haya disfunciones de una parroquia a otra, aunque la unidad no quiere decir uniformidad”, explicó.