J. Y. / Ciudad Real
Con 60 años de trayectoria, la cooperativa manzanareña ‘Jesús del Perdón’ está en uno de sus mejores momentos. Sus balances de resultados así lo avalan, con unos ingresos de 39 millones en 2014 y un plan de inversiones para 2015 de 5 millones de euros. La compañía cuenta con unas modernas instalaciones y es el resultado de tres fusiones. Su presidente, Félix Cano, defiende el potente proyecto con datos y argumentos.
PREGUNTA.- ¿Acaba de culminado su segundo mandato e iniciado el tercero, ¿qué destacaría de este periodo en el desarrollo de la cooperativa?
RESPUESTA.- Acabamos de celebrar asamblea general (el día 22) en la que se han aprobado las cuentas y se ha renovado parcialmente el consejo rector, para seguir con los numerosos proyectos que hemos puesto en marcha en los últimos años. Los actuales resultados son consecuencia del trabajo continuado de los equipos directivos y presidentes que ha habido a lo largo de los 60 años de vida de la entidad. La cooperativa ha pasado de facturar 9,5 millones de euros en 2004 a 39 millones diez años después. Y hemos alcanzado una producción de 95 millones de kilos de uva, con un 18% de uva ecológica (con hasta 15 millones de kilos), y un 19% de varietales.
P.- La cooperativa está viviendo uno de sus mejores momentos, ¿cuáles son los retos a medio plazo?
R.- Nuestros objetivos son dar más profundidad industrial a la sociedad cooperativa, hacer mayores inversiones, alcanzar más penetración comercial (con una mejora de nuestra imagen corporativa) y avanzar en la competencia tecnológica y en el I+D+i.
P.- El crecimiento de esta cooperativa ha sido exponencial en la última década. ¿Dónde está el secreto?
R.- El domingo (8 de febrero) en la jornada de puertas abiertas con motivo del 50 aniversario de la entidad, hice una comparativa de los datos económicos con respecto a 2004, y en sólo 10 años el capital suscrito ha pasado de 3,6 millones a los 13,4 millones de 2014, los ingresos por ventas se han cuadruplicado, y tiene un patrimonio neto de 14 millones de euros. Asimismo, a los 17 millones invertidos en los últimos años, se sumarán otros siete para mejorar los procesos productivos.
P.- ¿Estos resultados estarán avalados por una apuesta por la calidad?
R.- Claro, tenemos implantado un sistema de gestión de la calidad que nos garantiza la mayor cualificación en todos los procesos. Igualmente, el control de producciones es un reto muy importante. Para ello, hay que ser realistas y adaptar las cosechas a la demanda de los mercados, teniendo en cuenta la contracción del consumo nacional. Por eso, desde las bodegas tenemos que cumplir normas de calidad, y discriminar y diferenciar la uva que recibimos y procesamos, pero también es verdad que hay otros ámbitos que se escapan al sector productor, como son los estamentos políticos regionales y nacionales, que deberían seguir los dictámenes del mercado y aplicar las normativas de manera eficaz. La calidad es un esfuerzo compartido que se consigue con la responsabilidad de las bodegas y sus socios, y hay organismos como el CRDO o Cooperativas Agroalimentarias que velan la rentabilidad del sector productor, pero también en el ámbito nacional es necesaria una regulación. Por ejemplo, en la región, la Consejería de Agricultura tiene información suficiente del campo para solucionar los problemas y para que los productores sean más eficientes y obtengan más beneficios. En nuestro caso, contamos con importantes certificaciones de calidad al haber optimizado todos los procesos de elaboración, además de los premios que reconocen la cualificación.
P.- La exportación es la principal cifra de negocio de la entidad, ¿qué estrategia tienen para consolidar esta cartera y llegar a nuevos países?
R.- Exportamos el 86% de nuestra producción a cerca de una veintena de países, y tenemos presencia comercial en Europa, Asia y América porque la competencia en los mercados internacionales es feroz, y a nivel nacional también es difícil rivalizar con caldos de renombre como los Rioja, Montilla, Moriles, Rueda o los vinos de Solís o García Carrión. Vendemos el 86% de la producción fuera. En China tenemos a un comercial nativo, estamos inyectando fondos, pero los resultados llegan a medio o largo plazo, y esperamos más retornos. Por otro lado, los contratos con las compañías Iberia y British Airways han supuesto un espaldarazo fuerte. Nuestros vinos están siendo reconocidos desde el pasado 1 de enero, en el caso de operadora británica con el blanco de la variedad sauvignon blanc, y en la de la española, con el coupage de verdejo y macabeo. Se han embotellado en envases adecuados a los clientes de estos vuelos y ha sido muy importante para la empresa. Además, llevamos ya tres años con cubriendo pedidos de vino blanco de la cadena alemana ALDI. Suponen retos importantes, y por eso necesitamos organismos superiores que intervengan para no tener un mercado con exceso de oferta y exceso de variedades. En la producción hay que abordar procesos de reestructuración porque primar con campañas de promoción el airén me parece un error estratégico que pagaremos los agricultores más pronto que tarde, porque se alcanzan producciones inasumibles, y no le veo sentido por la dificultad de la penetración comercial. Más lógico y oportuno es el fomento del consumo responsable, con vinos de baja graduación adaptados a los nuevos gustos y tendencias gastronómicas.
P.- ¿Cuál diría que son las potencialidades de la cooperativa?
R.- Quiero subrayar dos cosas, una es la vocación internacional de la entidad, con una visión empresarial orientada al mercado, y otra, el fuerte compromiso con el medio ambiente, dentro de nuestra apuesta constante por la sostenibilidad. En esta línea, tenemos 1.700 hectáreas de viñedo ecológico y hemos instalado una depuradora en la bodega, con una inversión de más de 400.000 euros, para cumplir con la normativa de vertidos a la red pública. Igualmente, quiero resaltar el papel de las cooperativas como agentes económicos de primer orden en sus zonas de influencia. En nuestro caso, trabajan 45 personas y en vendimia 70.
P.- ‘Epílogo’ y ‘Yuntero’ son sus emblemas. Acaban de renovar la imagen de esta última marca. ¿Tendrán, así, más impacto comercial positivo?
R.- Entra dentro de la estrategia de mejorar nuestra presencia en todos los mercados. Ahora, la “yunta” aparecerá representada en la nueva etiqueta, tras la elección de la obra del artista local Manuel Serrano. Tenemos marcas muy consolidadas como el ‘Yuntero’ y ‘Epílogo’ con D.O. La Mancha, ‘Lazarillo’ como vino de la Tierra de Castilla, ‘Viña Altair’ como vino sin IGP, así como los vinos ecológicos con los que fuimos pioneros con la firma ‘Mundo de Yuntero’. No hay que olvidar nuestros graneles, que elaboramos con alta calidad y cuidado.
P.- ¿Qué opina de los procesos de fusiones comerciales que se están impulsando en la provincia entre cooperativas para tener más dimensión y poder obtener más ingresos en los mercados internacionales?
R.- ‘Jesús del Perdón’ tiene una larga experiencia en este sentido, pues es fruto de tres integraciones. La sociedad se constituyó a mediados de los años 50, y en 1966, 1990 y 2000 tuvieron lugar las fusiones por absorción con las cooperativas ‘San Isidro’, ‘El Porvenir’y ‘El Progreso’, respectivamente, para tomar más dimensión, tener unas instalaciones con más capacidad de elaboración, implementar nuevas prácticas enológicas y ofrecer, así, unos vinos de alta calidad.
P.- ¿Y actualmente están en disposición de plantearse participar en algún proceso de integración?
R.-. Hay movimientos de otras bodegas de cara al exterior, pero nosotros, con 700 socios y una gran actividad, consideramos que tenemos suficiente energía y potencia como para seguir desarrollando un proyecto propio y autónomo, aunque sin cerrar puertas a recibir posibles incorporaciones para acentuar nuestro liderazgo.