Los campos de cereal, de viñas, olivos y azafrán envuelven uno de los antiguos silos del grano. A su lado, grandes medallas en oro cuelgan del segundo silo, el más robusto, como símbolo del poder ligado al control de los recursos de la tierra. La asociación Laborvalía, a través de la Diputación provincial, ha convertido Manzanares en un museo de arte urbano al aire libre construido en base a la inclusión como “motor de progreso y cohesión social”.
Hijos de la España franquista, el Estado construyó los silos en la posguerra para mantener la autarquía económica y controlar el hambre en el pueblo. Fue una época de escasez de recursos y míseros salarios de los campesinos, donde el recién creado Servicio Nacional de Trigo organizó toda una estructura intervencionista en la economía agraria que duró hasta 1984 a expensas de la entrada en la Unión Europea.
Desde entonces las catedrales del trigo quedaron sin uso, abandonadas y en condiciones lamentables en algunos casos. Sin embargo, estos ejemplos de la arquitectura industrial ligados al campo han permanecido en el paisaje en provincias como Ciudad Real y ofrecen infinidad de posibilidades dentro de la puesta en valor del pasado. La reapertura del silo de Almagro como espacio cultural, tras la intervención realizada por Antonio Laguna en el exterior, es tan solo un ejemplo.
Un museo de «arte mural inclusivo»

El foco está puesto en la veintena de silos que perviven en la provincia. El proyecto ‘Titanes’, que conjuga el arte urbano con la inclusión social de personas con capacidades diferentes, ha llegado en los últimos quince días a cinco localidades de la provincia. Artistas de prestigio internacional, junto con más de 450 personas con discapacidad, coordinados por 50 monitores de centros ocupacionales, han pintado los silos de Manzanares, Calzada de Calatrava, Corral de Calatrava, Malagón y La Solana.
Inspirado en la ‘Convención de derechos de las personas con discapacidad’, celebrada en Nueva York en diciembre de 2006, el proyecto promueve que las personas con discapacidad desarrollen su “potencial creativo, artístico e intelectual”, en su beneficio y en el de la sociedad. ‘Titanes’ son los silos, pero también las personas con discapacidad en su día a día, los artistas, el museo de “arte mural inclusivo” y las gentes de la provincia, ejemplos de “capacidad, trabajo y talento”.
Sprays y botes de pintura llegarán pronto a Ciudad Real, Porzuna, Herencia y Villanueva de los Infantes. El grafitero Okuda y su equipo Ink and Movement están detrás del ambicioso proyecto ideado desde el taller creativo Valorarte dentro de la asociación Laborvalía, y la Diputación provincial pretende llegar a prácticamente todos los silos de la provincia para crear la ruta de arte urbano en edificios industriales más ambiciosa que exista a nivel internacional.
El silo «condecorado»

En Manzanares, el paisaje urbano ha cambiado en los últimos días. Spok Brillor y Daniel Muñoz explican que las medallas que surcan uno de los antiguos silos simbolizan “la opulencia, la riqueza ligada al trigo y al pan en las zonas agrícolas”. Además, la obra “es un homenaje al propio silo, que, en vez de decorado, aparece “condecorado”.
Las medallas simbolizan la resistencia al paso del tiempo, por eso no han querido eliminar los desconchones que demuestran su longevidad. Los artistas dicen que el arte urbano conlleva una “magia” especial, y ha sido toda una casualidad que este silo vaya a formar parte de la futura “ciudad deportiva” de Manzanares. El color oro también tiene un matiz especial para Valorarte.
Toda obra es un “resumen de experiencias personales y artísticas”, por eso las medallas del silo también simbolizan los quince años desde que Spok Brillor y Daniel Muñoz hicieron su primer proyecto juntos. Reconocen que algunas obras son “celebraciones de la propia estética”, pero el silo de Manzanares tenía que tener un significado especial, ir en una dirección concreta. Al lado está el pintado por Equipo Plástico –formado por Nano 4814, Nuria Mora, Sixe Paredes y Eltono-, que recrea el campo manchego.
El proyecto más ambicioso

Quince años pintando paredes por todo el mundo a nivel profesional. Spok Brillor confiesa que lo primero que pintó fue un coche quemado que había en su barrio, en Madrid. Nada tiene que ver con los colosos de La Mancha, que representan una gran oportunidad para estos artistas que nunca habían tenido la opción de pintar edificios históricos, acostumbrados a paredes en general carentes de simbolismo.
Lejos de quedar reducido a zonas marginales, el arte urbano ha tomado las calles, las plazas y los edificios públicos. Daniel Muñoz confiesa que “cada vez es más común que recurran a nosotros ayuntamientos o asociaciones”, en los últimos años “es bastante frecuente”. Alrededor de 50 artistas viven del muralismo en la actualidad en España, con un buen nivel a escala internacional.

A veces pintan edificios y plazas públicas, aunque el proyecto ‘Titanes’ es uno de los más ambiciosos en los que han participado, sobre todo por la puesta en escena. Los grandes festivales de mural suelen movilizar a muchos muralistas, pero normalmente todas las obras se realizan en el mismo barrio. En este caso, los trabajos son por toda una provincia y en edificios colosales.
México, Bélgica, Brasil y España. Muralistas de todo el mundo han coincidido en los últimos días en la provincia. Almagro ha sido el centro de operaciones y el ambiente ha sido “genial”. “Casi todos nos conocemos, nos cruzamos en diferentes proyectos, por lo que el encuentro ha sido estupendo y motivo de celebración”, incluso para alguna noche de karaoke, confiesan.
Un proyecto «tangible» y «constructivo» que defiende la inclusión

Encantados con la aventura, los muralistas reconocen que el clima ha sido el principal hándicap. Los chaparrones fueron intermitentes las dos semanas pasadas y el viento intenso, más a veinte metros de altura. Daniel Muñoz y Spok Brillor confiesan que las subidas y bajadas en las grúas han sido continuas, porque tenían que tener cuidado en las zonas recién pintadas.
El arte es un mecanismo de comunicación y de expresión, para todas las personas, también para mujeres y hombres con capacidades diferentes. Por eso, Spok Brillor y Daniel Muñoz coinciden en alabar el proyecto de integración social que está detrás de ‘Titanes’. “El arte funciona como terapia” y en este caso los chavales participan en un proyecto “constructivo, tangible, útil, que va a quedar ahí”.
Mientras que los artistas del proyecto Valoarte pintan la nave aledaña a los dos silos, dirigidos por la monitora manzanareña Virginia Caro, los artistas confiesan que el intercambio ha sido continuo. “Te alegran el día y tú les alegras, es enriquecedor para ambas partes”, reconoce Spok Brillor, que ha llegado a intimar con algunos, como Sevas.